Bob Iger, CEO de Disney desde 2005 y sucesor en el puesto de Michael Eisner, acaba de publicar su libro de memorias en el cargo 'The Ride of a Lifetime: Lessons Learned from 15 Years as CEO of the Walt Disney Company', donde repasa cómo ha sido su trayectoria hasta la fecha. Iger es, sin duda, el responsable de la actual transformación en monstruo multimedia de la compañía, y bajo su dirección la empresa compró Pixar (2006), Marvel Entertainment (2009), Lucasfilm (2012) y 21st Century Fox (2019).
El libro, que sin duda tiene mucha tela que cortar, ya ha llamado la atención por los detalles que desliza acerca de la relación de la compañía con George Lucas tras la compra de Lucasfilm. No son pasajes especialmente agresivos, pero entre líneas se adivina una transacción comercial y unos acuerdos creativos que no debieron ser del todo fáciles. Iger afirma que:
En algún punto del proceso, George me dijo que había completado argumentos para tres nuevas películas. Acordamos que nos enviaría tres copias: una para mí; otra para Alan Braverman [vicepresidente de la compañía]; y otra para Alan Horn, que acababa de ser contratado para dirigir el estudio. Alan Horn y yo leímos los argumentos de George y decidimos que teníamos que comprarlos, aunque dejamos claro en el acuerdo que no estábamos contractualmente obligados a usar esas líneas argumentales.
Por supuesto, Iger no especifica si la intención con esa compra era encerrar esas líneas argumentales bajo siete llaves o había una honesta intención de aprovecharlas. Hoy sabemos que J.J. Abrams las abandonó de forma muy consciente a la hora de plantear sus secuelas. La intención de Lucas era expandir la discutidísima idea de las precuelas acerca de los midiclorianos, presentando a unos nuevos microorganismos, los "whills", auténtico germen fisiológico de la Fuerza. Eran ideas que Lucas afirmana que estaba en la saga desde su mismo origen. También Mark Hamill habló en algún momento de la intención de Lucas para lo que habría sido su episodio 9: Luke entrenando a Leia.
En cualquier caso, Iger desvela que
Kathy [Kennedy, productora de Star Wars] llevó a J.J. [Abrams] y Michael Arndt [guionista de la primera versión de 'El despertar de la fuerza'] a California para ver a George en su rancho y hablar de ideas para la película. George se molestó cuando empezaron a hablarle del argumento y vio que no se estaban usando las historias de las que se habló en las negociaciones.
Iger reconoce que quizás debería haber preparado a Lucas advirtiéndole de que no se respetarían sus ideas, y quizás así no habría habido un choque tan frontal:
George sabía que no estábamos obligados contractualmente a nada, pero pensó que nuestra compra de sus argumentos era una promesa tácita de que los seguiríamos, y le decepcionó que los descartáramos.
George Lucas: "No hay suficientes saltos adelante"
Pero aún quedaba por llegar la peor parte: Lucas renegando abiertamente de los resultados tras el estreno de 'El despertar de la Fuerza'. En efecto, ahí no quedaba nada de sus ideas:
Antes del estreno mundial, Kathe mostró 'El despertar de la Fuerza' a George. Éste no ocultó su decepción. "No hay nada novedoso", dijo. En cada una de las películas de la trilogía original, había sido importante para él presentar nuevos mundos, nuevas historias, nuevos personajes y nuevas tecnologías. En esta, dijo, "No había suficientes saltos adelante en lo visual o lo técnico". No se equivocaba, pero tampoco tuvo en cuenta la presión que teníamos de dar a los fans una película que fuera quintaesencialmente 'Star Wars'.
Iger justifica la decisión de hacer secuelas continuístas, precisamente lo que a Lucas no le gustaba.
Creamos intencionalmente un mundo conectado visualmente y en tono a las primeras películas, no demasiado lejos de lo que la gente esperaba, y George nos criticó precisamente por lo que intentábamos hacer. Mirando atrás con la perspectiva de varios años y unas cuantas películas más de Star Wars, creo que JJ consiguió casi lo imposible: crear un puente perfecto entre lo que había sido y lo que estaba por venir.
Por muchos millones que Disney se esté embolsando con las nuevas secuelas de 'Star Wars' y sus ingentes ingresos en merchandising, lo cierto es que son producciones rebosantes de problemas y continuos desdecires que enfrentan a fans y creadores. Pero... ¿habría conseguido un Lucas al mando frenar las quejas o un regreso midicloriano habría hundido a una saga sin el respaldo económico de Disney?
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