Los Oscar 2024 representan un toque de atención a la industria de Hollywood: se acabaron los experimentos

El certamen culminó un regreso a la normalidad: triunfo de un biopic y fracaso sin paliativos del streaming

Los Oscar de Hollywood suelen premiar en torno a dos tendencias: grandes éxitos de taquilla "de prestigio" y pequeñas películas de autor. Entre las primeras, películas tan distintas como 'Green Book', '12 años de esclavitud', 'The Artist' o 'Slumdog Millionaire'. Entre las segundas, 'La forma del agua', 'Moonlight', 'Birdman' o 'En tierra hostil', de las premiadas más recientes. La pandemia dio al traste con ello y el triunfo en los Oscar 2024 con una película que encaja en la primera de esas categorías es un regreso de Hollywood a la normalidad.

La sacudida a todos los niveles (de la producción de películas taquilleras con grandes repartos al descalabro en la cadena de distribución) que supuso el COVID, más cierto cambio en la percepción y naturaleza del público gracias a internet ha dado como fruto algunos de los Oscar a Mejor película más extraños de los últimos años, en forma y en fondo. Tuvimos el aviso pre-pandemia que supuso la coreana y negrísima 'Parásitos', la indie de multiversos 'Todo a la vez en todas partes', las semi-olvidadas y radicalmente personales 'CODA' y 'Nomadland'... Era cuestión de tiempo que Hollywood reclamara el retorno de la normalidad.

Y no es que Nolan sea un director extremadamente normativo. 'Tenet' o 'Interstellar' son algunos de los blockbusters más extraños de los últimos tiempos (sin dejar de serlo), pero los premios a 'Oppenheimer' suenan a reconocimiento de un artesano que no falla en taquilla y cuyas películas se venden, una tras otra, como un reclamo para "volver a los cines". Pero además, de eso, 'Oppenheimer' es, en términos hollywoodienses, su película más convencional desde la trilogía de Batman.

Estamos ante un biopic de una figura histórica (un prohombre de la ciencia norteamericana, nada menos), cuyos actos dieron pie a uno de los momentos clave del devenir del siglo XX. Hay drama personal y acciones de calado mundial. Hay romance a varias bandas, cameos de celebrities con bien de prótesis y juicios cargados de giros de guión. Es, sencillamente, materia prima para los Oscar.

Con sus 957 millones cosechados en la taquilla mundial, los siete premios a 'Oppenheimer' son también una celebración del poderío del Hollywood tradicional. Es la película más taquillera en ganar el premio a Mejor película desde 'El retorno del rey' en 2004 (recaudación de 1.150 millones de dólares), y la primera que supera los 100 millones de dólares en la taquilla nacional desde 'Argo'. Y también el primer blockbuster veraniego desde 'Forrest Gump'. Qué hay más hollywoodiense que eso.

La caída del streaming

En 2019, Netflix llamaba la atención de todo Hollywood al conseguir diez nominaciones para la 'Roma' de Alfonso Cuarón. Rozó el premio a Mejor película, y consiguió los premios de Mejor película en habla no inglesa, Mejor dirección y Mejor fotografía. Era una llamada de atención a la industria (después de los titubeos previos de 'El irlandés') que parecía anunciar un relevo en la pirámide alimenticia de Hollywood: las plataformas de streaming querían ser las nuevas majors.

El año del triunfo de 'CODA' tuvimos sensaciones similares: Apple pagó la cifra récord de 25 millones de dólares por la película, y dejó en el camino a Netflix y 'El poder del perro', con diez nominaciones y un solo premio. Es decir, las plataformas ya no solo triunfaban frente a las majors tradicionales: ya competían entre sí en los mismos términos. Pero después de un año-puente con el triunfo independiente de 'Todo a la vez en todas partes' las tornas parecen haberse girado: las plataformas de streaming sumaban en esta edición 32 nominaciones y solo se han llevado un premio, el corto de Netflix 'La maravillosa historia de Henry Sugar' (recordemos que 'American Fiction' se ha visto en exclusiva en Prime Video en algunos países pero no está producida por Amazon).

La gran perjudicada en este descalabro ha sido 'Los asesinos de la luna', con diez nominaciones y ningún premio, y Apple se perfila, dos años después del triunfo de 'CODA', como la gran perjudicada ('Napoleón' también nació como aspirante a triunfar en los Oscar aunque luego saliera por peteneras, y también se ha ido de vacío). Tampoco puede presumir Netflix de 'Maestro', otra película casi matemáticamente pensada para los Oscar, y que se ha ido sin nada después de siete nominaciones.

Desde 2017, Netflix ha ganado 23 Oscar (aunque nunca se ha llevado el de Mejor película). Es posible que se replantee su estrategia con los premios después de que 'Maestro' y 'Marilyn' no hayan funcionado bien ni entre los premios ni en audiencia. Y después de la monstruosa inversión de Apple en cine de prestigio este año, quizás también le den una vuelta al tema. En cualquier caso, la postura de Hollywood queda clara con los Oscar de este año: los niños ya han disfrutado bastante de los juguetes de los mayores. Es la hora de que la casa del árbol vuelva a cerrarse con llave.

Cabecera: GTRES

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