"Estoy dispuesto a sacrificarlo todo porque no puedo, de buena fe, permitir que el gobierno de Estados Unidos destruya la intimidad, la libertad en internet y las libertades básicas de la gente de todo el mundo con esa máquina de vigilancia masiva que están construyendo en secreto". Así justificaba Edward Snowden en el diario The Guardian, el 9 de junio de 2013, haber destapado el programa PRISM, un proyecto de la NSA de recolección de datos, espionaje de las comunicaciones y vigilancia masiva e indiscriminada de los ciudadanos estadounidenses (y de todo el mundo), hecho teóricamente para luchar contra el terrorismo y proteger a esos mismos ciudadanos.
El 10 de mayo de 2012, la cadena CBS emitía 'No good deed', el 22º episodio de la primera temporada de 'Person of interest'. En él, los dos protagonistas de la serie tenían que salvar a Henry Peck, un analista de la NSA que no puede seguir trabajando para una agencia que espía impunemente a la gente, y decide desvelar públicamente todo el sistema. Eso convierte a Peck en el objetivo de asesinos enviados por el gobierno, y hace realidad la frase con la que arrancan todos los capítulos de la serie, "estás siendo vigilado". Y todo esto, casi un año antes de las revelaciones de Snowden.
De qué va 'Person of interest'
La serie, creada por Jonathan Nolan (guionista de 'El caballero oscuro', 'Memento' e 'Interstellar', entre otras, dirigidas por su hermano Christopher), seguía a Harold Finch, un ingeniero informático que había construido para el gobierno una máquina (la Máquina) capaz de vigilar y recolectar millones de datos de ciudadanos anónimos y predecir cuáles de ellos iban a estar involucrados en un acto violento, quizás hasta un atentado. Finch había incluido algunos límites en las cosas que la Máquina que podía hacer; por ejemplo, sólo daba los números de la Seguridad Social de esas personas de interés, y en cuanto se dio cuenta de que podía pensar por sí misma, Finch también intentó inculcarle ciertos principios éticos.
El problema de que la Máquina estuviera al servicio del gobierno es que a éste sólo le interesaban los sospechosos relevantes, los que estaban relacionados con el terrorismo, pero el sistema no dejaba de encontrar personas "irrelevantes" que estaban igualmente en peligro. Así que Finch abandona el proyecto, pero sigue conectado a la Máquina y se dedica a ayudar, con la colaboración de un ex agente de operaciones especiales, a esos "irrelevantes" que pueden estar a punto de comer un crimen, o de ser víctimas de uno.
El punto de partida de 'Person of interest' es ése, pero Nolan y Greg Plageman han estado, desde el principio, manejando la serie con un plan mayor en mente. Como reconocían en un artículo de New Yorker de 2014, una parte muy importante de su inspiración para la serie proviene de 'The Watchers', un libro de Shane Harris en el que ser cuenta cómo la NSA empezó a construir esa vasta red de espionaje de sus ciudadanos. Al mismo tiempo, Nolan apuntaba que parte de la idea de la serie le vino a la cabeza por todas las cámaras que el gobierno británico instaló en las calles de Londres entre los 70 y los 90 para luchar contra el terrorismo del IRA.
Al mismo tiempo, 'Person of interest' es una serie sobre una inteligencia artificial que adquiere autoconsciencia, instinto de supervivencia y que se preocupa también por mantener con vida a su creador, a su administrador. Pero eso es tema para otro día.
Cuando la realidad supera a la ficción
En la serie, el programa del gobierno con la Máquina es secreto. La financiación para su mantenimiento proviene de un "presupuesto negro", un fondo de dinero dedicado a operaciones militares que sólo conocen unos pocos en el Capitolio, y hay una división dentro de Seguridad Nacional que se dedica a buscar a los números relevantes que ofrece la Máquina. Los agentes de esa división son soldados de operaciones especiales que no existen para el ciudadano medio, y que se ocupan de esas personas de interés del modo más expeditivo; asesinándolas. Ya luego el gobierno se encargará de cubrirlo.
Esta desconfianza y paranoia respecto al gobierno es un clásico en la ficción estadounidense desde los 70 y el escándalo Watergate, pero hay que añadirle un aspecto muy asociado al funcionamiento del ejército estadounidense en los últimos años; los contratistas privados. En la tercera temporada de 'Person of interest', por ejemplo, empezamos a ver a una compañía que comienza a desarrollar su propia máquina de vigilancia total, y hace sus movimientos para venderle su proyecto al gobierno de Estados Unidos. El año pasado había 1.800 agentes de seguridad privados trabajando para el ejército norteamericano en Irak, y agencias gubernamentales como la NASA cada vez confían más en empresas comerciales para llevar a cabo tareas que ellas ya no hacen, por falta de presupuesto.
En todas la entrevistas que Jonathan Nolan y Greg Plageman han dado sobre la serie, siempre apuntan que el estado hipervigilado que propone 'Person of interest' no es ciencia ficción ni especulación, sino que es toda una realidad. En 2005, por ejemplo, la Unión de Libertades Civiles de Nueva York contó las cámaras situadas a partir de la calle 14 y hacia el sur de Manhattan, sumando más de 4.100 en un área equivalente a una sexta parte del total de la superficie de la isla. En Londres, el lugar que dio la idea original a Nolan, había hace cinco años medio millón de cámaras en la calle.
Lo privado ya no existe
Si hablamos de sistemas dedicados a rastrear actividad sospechosa en internet, el FBI tenía un software, llamado Carnivore, que buscaba términos determinados como "peligrosos" en búsquedas en internet, comunicaciones por e-mail, etc. La agencia dejó de utilizarlo en 2005, sustituyéndolo por otros sistemas más modernos. Y luego está Echelon, aquella red de espionaje global puesta en marcha durante la Guerra Fría, y que ahora puede decirse que ha sido suplantada por los Cinco Ojos. Cualquier tipo de comunicación o datos que se almacenen y procesen en Estados Unidos, aunque se generen fuera, están sujetos a la vigilancia de los sistemas gubernamentales. Y no es sólo 'Person of interest' la serie que trata estos temas.
En la quinta temporada de 'The Good Wife' hubo una trama recurrente que involucraba una escucha telefónica de Alicia Florrick, la protagonista de la serie, a cargo de la NSA, hecha a partir de sospechas muy pilladas por los pelos de que la ex novia de su hijo podría tener contactos indirectos con extremistas islámicos. Esa trama hizo que la serie pudiera hacer un capítulo con su propio Snowden, aunque los motivos que lo movían a él eran, simplemente, intentar que no lo echaran de su trabajo o que lo acusaran de algo grave. Lo que quedaba claro en aquellos episodios es que la intimidad personal ya no existe, y no sólo por lo que nosotros podemos compartir en redes sociales.
La más mínima sospecha de terrorismo da pie a que se intervengan las comunicaciones de un adolescente, de todas las personas que hablen con él y, a su vez, de todos los que hablen con esas personas por la ley de los tres saltos, y en 'Person of interest' es muy habitual que sus protagonistas hackeen el teléfono móvil de la persona a la que tienen que ayudar para saberlo todo sobre su vida y averiguar, así, qué es lo que puede estar a punto de pasarle. Ellos utilizan sus "poderes" para algo bueno, ¿pero quiere eso decir que su espionaje es menos reprobable que el del gobierno?
Los datos predictivos
En aquel artículo de New Yorker, Nolan y Plageman afirmaban que "si hay un cinismo en la serie, está en la premisa no sólo de que esto es inevitable, sino de que ya ha ocurrido. La parte de ciencia ficción es que la Máquina es precisa, pero la invasión de las libertades civiles no es imaginaria". Y añadían que:
"Se están usando algoritmos para predecirlo todo con respecto a nuestros gustos, a lo que nos puede gustar. Ahora, nuestro gobierno está interesado en el mismo tipo de actividad. Están tratando de predecir comportamientos, utilizando todas las diferentes maneras en las que pueden agregar datos".
Eso es lo que hace la Máquina de 'Person of interest', de hecho. Con toda la información que recopila de los ciudadanos, busca patrones de comportamiento en el pasado que puedan predecir lo que esas personas van a hacer en el futuro. El análisis del Big Data es una herramienta inmejorable para lograr esto y, de hecho, se puede decir que en España ya se ha creado el germen de la Máquina de Harold Finch. El pasado mes de enero, Telefónica I+D y el proyecto Crime Hot Spots desarrollaron un programa que analizaba los datos móviles, el censo de población de una determinada zona e intentaba predecir las posibilidades de que, en esa área, se cometiera algún crimen violento.
La serie ya ha mostrado en varias ocasiones cómo piensa la Máquina, cómo es capaz de hacer miles de simulaciones y de predicciones en fracciones de segundo. 'If-then-else', un capítulo de la cuarta temporada, está contado por completo desde el punto de vista de la Máquina y de esas simulaciones suyas, por ejemplo. Teniendo en cuenta el camino por el que avanza la tecnología, y la vigilancia global de los estados, eso cada vez parece menos ciencia ficción.
En Xataka | PRISM: Estados Unidos también recolecta datos en internet, su gobierno apoya estas prácticas
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 19 Comentarios