Los cylones fueron creados por el hombre. Se rebelaron. Evolucionaron. Se ven y se sienten como humanos. Algunos están programados para creer que son humanos. Hay muchas copias. Y tienen un plan.
En los últimos años, los remakes de series escandinavas se han convertido en algo muy común en las televisiones estadounidenses y británicas. Hasta ahora, las series que se rehacían eran policiacos como 'Forbrydelsen' o 'Bron|Broen', pero este verano veremos un título de ciencia ficción entre esas nuevas versiones, 'Humans', que se estrena en AMC el día 28. Se trata de un remake de 'Äkta människör', o lo que es lo mismo 'Real Humans', un título sueco que da otra vuelta de tuerca a la clásica historia de la rebelión de las máquinas.
Las frases que encabezan este artículo, extraídas de los créditos de la primera temporada de 'Battlestar Galactica', podrían también describir en parte lo que es 'Real Humans' (que en España puede verse en Movistar Series), una serie en la que los humanos utilizan a unos androides con un aspecto muy humano para que los ayuden en las tareas de la casa, para que sean sus asistentes personales, sin darse cuenta de que esos androides pueden ser menos dóciles de lo esperado.
¿Quiénes son los 'Real Humans'?
Creada por Lars Lundström, 'Äkta människör' nos lleva a un futuro no muy lejano, o casi más a un presente alternativo, en el que los humanos conviven con los hubots, unos robots desarrollados para que lleven a cabo los trabajos menos apetecibles. Son una mano de obra barata y que no se queja, que sólo necesita un enchufe donde recargarse por la noche, y que si se estropea, se lleva a un taller donde la reciclan, y su dueño puede comprarse otro robot nuevecito, con una actualización de software que le da nuevas capacidades.
Hay hubots especiales para cuidar ancianos, entrenadores personales, mozos de almacén, chóferes, asistentas domésticas, y todos se pueden comprar en tiendas que parecen más concesionarios de coches que otra cosa, donde te pueden dar un modelo de regalo si el que te interesa es demasiado caro o tiene algún defectillo. Además, los hubots para casa tienen una actualización de software para poder utilizarlos como juguetes sexuales. Y el espectador ve todo esto, y ve la apariencia tan humana de los androides, y no puede evitar que todo lo parezca muy perturbador.
Para los personajes de 'Real Humans', la entrada de esta nueva tecnología es perfectamente normal e inofensiva, y quienes no tienen aún un hubot son vistos un poco como bichos raros. Pero, al mismo tiempo, hay un grupo de personas que odian a estos robots y que se reúnen bajo el nombre de äkta människör, los verdaderos humanos del título. Ahí justo tenemos el dilema sobre el que se asienta la serie. ¿Quién decide qué nos hace humanos?
La rebelión de los robots
Si todo esto os suena mucho a 'Blade Runner', lleváis razón. Sus replicantes son uno de los aspectos más influyentes en la cultura popular de los últimos treinta años, y del mismo modo que dieron pie a esos nuevos cylones humanos (los "pellejudos") de 'Battlestar Galactica', también son la inspiración detrás de los hubots, o de los sintéticos, como los van a llamar en 'Humans'. Los replicantes tenían vidas muy cortas y les implantaban recuerdos para que la apariencia de humanidad fuera mayor, pero el problema venía cuando empezaban a plantearse si esos recuerdos eran reales, cuando comenzaban a tener consciencia de su propia identidad y de su existencia y querían ser libres.
Así es como se han iniciado incontables obras de ciencia ficción. De Isaac Asimov a 'Terminator', la idea de los Frankenstein robóticos, de las creaciones humanas que "despiertan" y se rebelan contra sus creadores ha sido siempre demasiado poderosa para resistirse a volver a ella una y otra vez. En 'Real Humans' hay un grupo de hubots que quiere ser libre y, enfrente, unos humanos radicales que preferirían verlos a todos destruidos. En medio está la gente corriente, que se entrega felizmente a los "abusos" de esos hubots porque, total, aunque su aspecto sea humano, no son más que máquinas, ¿no?
En la cotidianeidad de su arranque está el mayor activo de la serie sueca, que tuvo dos temporadas. Sus androides más humanos que los humanos son como una nueva tablet, o como el último wearable de moda; es tecnología que todos queremos tener y en la que no pensamos demasiado una vez que la tenemos. Las consecuencias de su uso no se nos pasan por la cabeza porque es demasiado genial tenerla. Salvando las distancias, estos hubots son un poco así. Hasta que dejan de ser meras máquinas.
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