Las historias de grandes oportunidades perdidas en Hollywood son legendarias. Por ejemplo, ¿sabías las hermanas Wachowski ofrecieron a Will Smith el papel de Neo en la primera entrega de 'The Matrix', y ante su negativa se lo ofrecieron a Keanu Reeves? Lo peor de todo, es que el carismático actor de ‘El príncipe de BelAir’, rechazó el papel para rodar la infame ‘Wild Wild West’.
Sean Connery, que permanecerá por siempre en nuestras retinas como el Agente 007 por excelencia, tampoco se quedó al margen de una de esas grandes oportunidades perdidas que, a toro pasado, te hacen llevarte las manos a la cabeza.
Gandalf, con licencia para pifiarla
Una de las oportunidades perdidas más épicas de Hollywood tiene a Sean Connery y su decisión de rechazar el papel de Gandalf en El Señor de los Anillos, dirigida por Peter Jackson.
Ian Mckellen, quien finalmente dio vida al heroico mago, incidía en el afortunado error: "Ciertamente, no fui la primera opción para Gandalf. Anthony Hopkins lo rechazó. Sean Connery ciertamente lo hizo. Ahora todos están saliendo de la nada, y espero que se sientan estúpidos", señalaba el veterano actor en declaraciones recogidas por VidaExtra.
Antes de que la franquicia del anillo se convirtiera en un éxito mundial, Connery recibió una oferta muy tentadora para interpretar al mago en la trilogía de Peter Jackson. Los productores, en su intento por asegurar una estrella de renombre para un proyecto tan arriesgado dirigido por un director casi desconocido en aquellos años, le ofrecieron a Connery una oferta muy interesante.
El actor no solo recibiría un salario fijo de 10 millones de dólares por cada película, sino también se embolsaría el 15% de las ganancias de taquilla que recaudara la trilogía del anillo. Sin embargo, Connery declinó la oferta, admitiendo que simplemente no entendía el guion.
¿Cuánto es eso en efectivo?
Con un presupuesto de 281 millones de dólares, las películas fueron las más caras de todos los tiempos hasta ese momento. Para sorpresa de los propios productores, la trilogía se convirtió en un éxito de taquilla desde su primera entrega, con la que consiguió más de 1.000 millones de dólares. La suma total de la recaudación taquillera de las tres superó los 2.900 millones de dólares.
Los productores prometieron a Connery el 15% del total de la recaudación, lo que supondría un total de 435 millones, a los que habría que sumar los 10 millones de dólares fijos que el actor iba a recibir por rodar cada una de las películas. En total, 465 millones de dólares que el veterano actor vio pasar por delante mientras pasaba el mal trago con un Dry Martini “mezclado, no agitado”.
Ese salario habría convertido a Sean Connery en el actor mejor pagado de todos los tiempos, por delante de nombres como Tom Cruise, Will Smith, Keanu Reeves o Robert Downey JR, que han protagonizado algunos de los mayores bombazos de taquilla de la historia.
Un golpe decisivo para su retirada
Pese a la enorme suma de dinero que el actor escocés dejó escapar, a su muerte en 2020, su patrimonio se calculaba en unos 350 millones de dólares. Toda una fortuna fruto de toda una carrera de éxitos. No obstante, de haber aceptado el papel de Gandalf, el veterano actor habría duplicado con creces su patrimonio.
Tras rechazar El Señor de los Anillos, Connery optó por participar en ‘La liga de los hombres extraordinarios’ en 2003, un proyecto que esperaba que se convirtiera en una franquicia exitosa. Sin embargo, la película fue un fracaso, recaudando solo 66 millones de dólares con un presupuesto de 78 millones de dólares.
Este revés en su carrera, junto con la losa de la oportunidad perdida de El Señor de los Anillos, probablemente influyó en su decisión de retirarse definitivamente de la actuación en 2005 a la edad de 85 años.
Imagen | Flickr (Max Crawford)
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