Puede que 'La remesa mala' (extraña traducción para un título complicado de adaptar: quizás 'La remesa defectuosa' hubiera sido más exacto, pero desde luego carece de la sonoridad del 'The Bad Batch' original) no sea la mejor puerta de entrada al Universo Star Wars. Desde luego, como mínimo, no lo es tanto y en la misma medida que lo fue esa alfombra roja para novatos, 'The Mandalorian'.
De hecho, el primer episodio de la serie, que se estrena en Disney+ como parte de la celebración del Día de Star Wars del 4 de mayo (junto a un corto de 'Los Simpson', el especial 'Star Wars Biomas' y el documental 'Star Wars: Un paseo espacial'), arranca sus generosos setenta y tantos minutos con un apresurado resumen de lo visto en 'The Clone Wars' que puede dejar despistado a más de un espectador que venga buscando un nuevo "Conan en Tatooine con mascota" al estilo mandaloriano.
Por suerte, el polvo se asienta rápido, y pronto la serie adquiere un ritmo más sosegado. Hace un buen trabajo en explicar a los recién llegados por qué esta remesa de clones son especiales, y gracias a la definición un poco de tebeo de superhéroes que exhibe cada uno (el carismático líder, el bruto tontorrón, el francotirador gélido, el intelectual simpático y el recién llegado que sirve de ancla para el espectador), es fácil no perderse en la propuesta.
Por supuesto, la dramática Orden 66 que diezmó la población de jedis y que puede considerarse uno de los momentos clave de toda la franquicia marcará más a los espectadores puestos en la mitología galáctica. Es un momento de la saga que ha sido explorado sobre todo en series, libros y comics, pero los efectos de la masacre jedi son conocidos por todos. Aquí no se describe en toda su magnitud, pero sí se perciben los efectos inmediatos, y posiblemente ahí es donde 'La remesa mala' adquiere fuerza y personalidad.
El alzamiento de un imperio
El marco temporal de 'La remesa mala' es, literalmente, el advenimiento del Imperio. En un momento estamos viendo las Guerras Clon y al siguiente, las tropas de clones al servicio de un Emperador cuya puesta en escena no disimula los habituales ramalazos de la saga que recuerdan a la Alemania nazi. Se trata de un momento histórico perturbador en la franquicia y que arranca con un periodo de calma tensa en los momentos inmediatamente posteriores al principio de la caída de la República.
Es el mejor momento para que brillen unas personalidades como las de los protagonistas y entendamos su distanciamiento del resto de los clones, que va más allá del físico (estupendo todo el humor que se hace para contrastar lo "diferente" de este grupo frente a lo inquietantemente idénticos entre sí que son el resto, pelea en la cantina incluida). Todo ello viene perfilado con el estupendo sello de David Filoni (diálogos afilados, gusto por la aventura clásica, personajes profundos y bien definidos...), productor ejecutivo de la serie, y uno de los nombres propios dentro de la saga más relevantes de los últimos años.
A la Remesa Mala la conocíamos de 'The Clone Wars', pero queda por saber cómo evolucionará el nuevo personaje que presenta este episodio, Omega. En principio parece que su relación con el grupo de clones defectuosos se moverá en líneas similares a la de Baby Yoda y Mando en 'The Mandalorian'. Por suerte Omega es algo mayor (y habla) y puede proporcionar un apoyo al grupo que vaya más allá de la mera damisela en peligro. Desde luego, su presentación en este episodio hace pensar que podemos estar ante un futuro gran personaje.
Con solo un episodio (el segundo llega este mismo viernes) es pronto para juzgar una temporada en su integridad, pero lo cierto es que 'La remesa mala' es absolutamente continuista en la estética y el tono con respecto a lo que vimos en 'The Clone Wars'. Y teniendo en cuenta que allí estuvimos ante uno de los productos más memorables de la saga galáctica de los últimos años, no se trata de una mala señal en absoluto.
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