'Star Wars' está en un momento clave de su evolución. Lo saben en Disney y confían en Taika Waititi (baza casi infalible de Disney tras dirigir dos películas de Thor para Marvel y, dentro de 'Star Wars', uno de los episodios más memorables de la primera temporada de 'The Mandalorian') para que dé nuevos aires a la saga. Pero antes de analizar sus planes, revisemos cómo ha llegado 'Star Wars' al punto en el que está ahora mismo.
Una trilogía desencaminada. En Disney saben perfectamente que 'Star Wars' pasa por una etapa de crisis en lo que respecta a sus encarnaciones cinematográficas. Los planes que se trazaron cuando Disney retomó la franquicia, que incluían estrenos anuales y una serie de películas al margen de las tramas principales fracasaron estrepitosamente. Si no del todo comercialmente, sí al menos a nivel de imagen: Disney transmitía la imagen de que estaba asfixiando la gallina de los huevos de oro, y decidió parar.
Parece mentira, pero ya hace dos años y medio de la conclusión de la trilogía de J. J. Abrams y todavía no nos hemos puesto de acuerdo si aquello fue un desastre sin paliativos o un reinicio interesante. Por ejemplo, las opiniones en torno a la segunda y más polémica de la saga, 'Los últimos jedi' oscilan entre dos extremos: que es el punto más bajo de la franquicia y que puede medirse con los clásicos de Lucas. Está claro que esta última trilogía es, como mínimo, polémica.
Es lógico que Disney decidiera dejar descansar la saga, sobre todo cuando tiene bajo el mismo techo las películas de Marvel, que consiguen de forma casi unánime, entrega tras entrega, con éxitos de crítica y bombazos de taquilla. A eso quiere aspirar la saga, o como mínimo, a tener un recibimiento como las series de 'Star Wars' en Disney+, elogiadas de forma más unánime... ¿o tampoco?
La trampa de la nostalgia. 'The Mandalorian' es, posiblemente, la propuesta de Disney más unánimemente elogiada de los últimos años. La aparición de una serie que repite muchas de sus constantes, 'El libro de Boba Fett', es una clara prueba. Pero ni siquiera ella se libra del gran problema de los productos 'Star Wars' de los últimos tiempos: la firme atadura a un pasado glorioso, y usar la nostalgia como un recurso narrativo de mayor calado que cualquier otro.
Se trata de un ingrediente que está llegando a extremos también polémicos con 'Obi Wan Kenobi', que con la presencia de Darth Vader y la princesa Leia está dinamitando buena parte de la propuesta inicial de la serie, en un producto que muchos consideran un sucesor no muy digno de uno de los enfrentamientos clásicos de la saga. Y todo debido a la dependencia total del fan-service y el elemento nostálgico.
El plan de Taika Waititi. El director de 'Thor: Ragnarok' quiere acabar con ello cuando tome los mandos de una nueva trilogía de películas. En una entrevista reciente con 'Total Film', el director afirmaba que no quiere hacer películas dependientes de otras anteriores, expandir tramas o contar orígenes: "No creo que sirva de nada en el universo de 'Star Wars' hacer una película en la que todos digan: 'Oh, genial, bueno, esos son los planos del Halcón Milenario, ah, esa es la abuela de Chewbacca' (...) Me gustaría crear algunos personajes nuevos y expandir el mundo, de lo contrario parece que es una historia muy pequeña”.
Esa es la clave del asunto: paradójicamente, 'Star Wars' se siente, de un tiempo a esta parte, como una franquicia constreñida y limitada, cuando la sensación debería ser justo la opuesta: que quedan cientos de historias por contar. Waititi se ha percatado de que este continuo husmearse la cola hace más mal que bien, y el regreso de Darth Vader en 'Obi-Wan Kenobi' es la prueba de que hasta un icono aparentemente indestructible como ese tiene sus límites.
Pero... ¿funcionará? Taika Waititi tampoco es una apuesta absolutamente segura: entre el fandom es un nombre controvertido, porque los fans de línea más dura de Marvel no están muy conformes con la sistemática e irreverente demolición de iconos que llevó a cabo en 'Thor: Ragmarok' y que posiblemente repita con 'Thor: Love and Thunder'. Su sentido del humor pueden no casar demasiado con uno de los fandoms más cerrados a los cambios radicales.
Por eso, este proyecto de Waititi, si realmente se confirma como una nueva serie de películas definitivamente al margen de la presión de rendir cuentas continuas con el pasado de la franquicia, tiene ante sí una doble prueba. Por una parte, demostrar que un cambio de dirección radical puede interesar a los fans (los irregulares resultados de películas que intentaban dar un giro como 'Han Solo', 'Rogue One' o la mencionada 'Los últimos Jedi' no lo conseguían del todo). Por otra, corroborar que 'Star Wars' está lo suficientemente viva como para funcionar sin las cómodas muletas de la nostalgia.
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