'Rogue One' no sólo fue una de las películas más taquilleras del año pasado, sino que se convirtió en el centro de un debate ético y legal de los más interesantes en Hollywood. La motivación era la "resurrección", por obra y gracia del CGI, de Grand Moff Tarkin, personaje que había interpretado Peter Cushing en la trilogía original de 'Star Wars'. Y cuando decimos resurrección, lo decimos de una manera casi literal, porque Cushing falleció en 1994.
Técnicamente, el trabajo que ILM hizo para que Tarkin (y Cushing) volvieran a la vida es complejo y francamente impresionante. Éticamente, está repleto de áreas grises, aunque los responsables de la película llegaran a un acuerdo con los herederos del actor británico. Y técnicamente, lleva siendo posible desde hace ya un tiempo.
De Brandon Lee a un joven Johnny Depp
En 1994, Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, fallecía durante el rodaje de 'El cuervo' al ser disparado accidentalmente con un arma de fogueo. Había rodado ya casi todas sus escenas, pero para las que faltaban, se utilizó a un doble con la cara de Lee superimpuesta gracias a un CGI que, entonces, todavía estaba dando sus primeros pasos serios. La película fue uno de los mayores éxitos de taquilla de los 90.
'El cuervo' probó que, si un actor moría en pleno rodaje, no había porqué descartar la película por completo o rehacerla con otro intérprete. La tecnología ofrecía la posibilidad de completarla y estrenarla tal y como había sido concebida, pero también es cierto que, hasta ahora, esta opción se utilizaba en casos en los que la fotografía principal estaba prácticamente terminada.
Es lo que se hizo con Paul Walker en 'Fast & Furious 7', crear un modelo digital de su cara y colocarlo sobre el cuerpo de su hermano. Este caso puede ser el más conocido actualmente, pero quince años antes, Ridley Scott se vio en una tesitura aún más complicada cuando Oliver Reed fallecía a mitad del rodaje de 'Gladiator'.
Se recurrió a la misma estrategia que utilizaron los responsables de la saga de los superdeportivos, y los espectadores no se dieron cuenta de la diferencia.
De todos modos, en todo esto de las recreaciones digitales de actores, hay una modalidad que está poniéndose muy de moda con la nueva fiebre por relanzar franquicias con algunos años a sus espaldas: el rejuvenecimiento de sus actores. 'TRON Legacy' lo hizo con Jeff Bridges y la nueva 'Piratas del Caribe 5' lo ha hecho con Johnny Depp para mostrar a un Jack Sparrow joven. En su momento, también lo hizo 'Rogue One' al mostrar a la Leia de 1977.
Pero aunque técnicamente no haya ningún problema para hacerlo, legalmente, es un tema que se está viendo caso por caso. Porque no hay una legislación específica para ello.
La ley de California de 1984
¿No hay legislación específica y vais a hablar de una ley de 1984? Pues sí, no es una incoherencia. En ese año, el sindicato de actores (SAG) consiguió que el estado aprobara una ley que regulaba el derecho póstumo a la publicidad hasta 50 años después de la muerte del actor, límite que se amplió después a 70. Como paso previo, había habido un fallo de los tribunales, en 1979, sobre la imposibilidad de que los herederos de Bela Lugosi pudieran controlar sus derechos de personalidad. Éstos, ya fueran de publicidad y de la propia imagen, terminaban con el fallecimiento de su propietario.
Esa ley recibe el nombre de California Celebrities Right Act, y es la que se ha usado para "regular" lo que se denomina derecho post mortem a la publicidad. Pero no puede amparar todos los casos y ejemplos como el de Cushing en 'Rogue One', que Lucasfilm y los herederos del actor dirimieron en un contrato entre ambas partes, protegido por acuerdos de confidencialidad. ¿Por qué? Porque es una ley estatal, y sólo acoge a los actores que mueran en California, que no era, por ejemplo, el caso de Peter Cushing.
Un portavoz del SAG-AFTRA explicaba a Variety el año pasado que "el uso del trabajo de un intérprete de esta manera tiene un claro valor económico y debería ser tratado de forma acorde". Lo que quiere decir que debería haber leyes específicas que lo regularan, leyes que, en Estados Unidos, son competencia de cada uno de sus estados individualmente.
Legislación "a la carta"
En Europa, por ahora, no existen leyes de este tipo. Sí hay jurisprudencia al respecto, como una sentencia del Tribunal Supremo español, el pasado mes de septiembre, sobre el uso de la imagen de Salvador Dalí para realizar merchandising. Era una sentencia que interpretaba de una manera concreta el derecho a la propia imagen recogido en la Ley Orgánica 1/1982, separando ese derecho constitucional del de explotación patrimonial de dicha imagen.
Este derecho post mortem a la publicidad está regulado en Estados Unidos a través de leyes estatales que varían bastante en sus enunciados. La ya mencionada ley de California sí permite que ese derecho pase a los herederos durante 70 años después de la muerte del actor. En Nueva York, sin embargo, no existe ese traspaso y el derecho a la explotación de la imagen de una persona finaliza cuando ésta fallece.
Y luego hay casos como el del estado de Minnesota, que aprobó una ley específica tras la muerte de Prince. De hecho, se llama PRINCE Act, y establece lo siguiente:
"Un individuo tiene un derecho de propiedad en el uso del nombre, voz, firma, fotografía y parecido de ese individuo en cualquier medio y de cualquier manera. Estos derechos se asignan libremente y pueden licenciarse, y no expiran a la muerte del individuo protegido, incluso si los derechos fueron o no explotados comercialmente por el individuo durante su vida".
Es decir, que abre la puerta a que los herederos de esa persona puedan explotar sus derechos de publicidad post mortem, que están vigentes durante un periodo mínimo de 50 años tras el fallecimiento del individuo. A su término, el heredero o albacea podrá seguir como propietario de ese derecho hasta que se termine, si se prueba que no ha sido utilizado durante un periodo de dos años.
¿Puede Lucasfilm "resucitar" a Carrie Fisher?
Después de todo esto, lo interesante es ver cómo se aplican esas leyes a casos concretos. El estreno de 'Rogue One' precedió, por un par de semanas, a la muerte de Carrie Fisher, la princesa Leia de 'Star Wars', de la que la película también había construido una recreación digital de su aspecto en 'Una nueva esperanza'. En esa ocasión, no habían tenido más que pedir permiso a la propia Fisher, pero su fallecimiento presentaba un dilema para Lucasfilm. Había ocurrido al final del rodaje del episodio VIII, por lo que la participación de la general Leia allí estaba asegurada, ¿pero qué iba a pasar con el episodio IX? ¿Podrían Lucasfilm y Disney repetir la jugada de 'Rogue One' con Peter Cushing?
El estudio afirmó que no tenía planes de recrear digitalmente a la actriz, y que 'Los últimos jedi' sería la última aparición de Leia en la saga creada por George Lucas. Pero, por plantear un caso hipotético, ¿qué habría pasado si Lucasfilm sí quisiera que el personaje volviera para el episodio IX? Dado que Carrie Fisher falleció en California, es su ley de 1984 la que se aplica aquí, la que señala que son sus herederos quienes tienen sus derechos de publicidad. Eso quiere decir que Lucasfilm tendría que llegar a un acuerdo con su hija, Billie Lourd, para poder utilizar la imagen de su madre.
En este caso, parece que no llegaremos a verlo, pero con los avances tecnológicos en materia de efectos visuales, estas reconstrucciones digitales (tipo la película 'The Congress') pueden hacerse cada vez más comunes, generando consideraciones legales que están empezando a aclararse. En 2012, la aparición del holograma de Tupac Shakur en el festival Coachella ya generó bastante polémica sobre la utilización de la imagen de artistas fallecidos con fines comerciales. La resurrección por CGI es posible, y es el marco legal el que todavía está intentando alcanzar a la tecnología.
En Xataka | El CGI está envejeciendo muy mal, y estas imágenes lo demuestran
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