Con 'Thor: Love and Thunder', la Fase 4 del MCU ya duplica en horas a la Fase 3. Aún no sabemos para qué

Para comprobar hasta qué punto la Fase 4 de Marvel no parece tener un rumbo muy claro, solo hay que sumar el número de horas que lleva invertidas en contar lo que sea que esté intentando contar: 18 meses, seis películas incluida la flamante 'Thor: Love and Thunder', y siete series en Disney+. Un esfuerzo colosal que aún no está muy claro a dónde nos está llevando. No saberlo no es un problema, claro: el problema está en si lo sabrán en Marvel.

Mucha Fase 4, poca diversión. La Fase 3 duró algo más de 26 horas. La 4 lleva ya más de 55 si contamos las series, es decir, más del doble. Y queda aún camino por delante: si todo sigue según los planes, cuatro películas y cuatro series más. Pero si preguntas a cualquier fan, es dudoso que sea capaz de definir en una sola frase de qué va esta fase, cuál es su núcleo narrativo. Claro que aquí, como con todo, hay matices.

Matices porque en la Fase 1 tampoco estaba muy claro de qué iría la historia que acabaría contando, aunque ya se apuntaba en cierta dirección. Por una parte, personajes entretejidos en distintas películas, apuntado desde la aparición de Nick Furia en la inaugural 'Iron Man'. Por otra, Thanos presente ya en un rincón de 'Vengadores', y cerrando esa primera fase al otorgarle la categoría de gran demiurgo del plan de los villanos. Y es muy posible que, siguiendo esa línea esta Fase 4, por dispersa que parezca ya esté apuntando temas también.

Y más matices en sentido contrario: puede que desde 'Iron Man', en la cabeza de Kevin Feige ya se fantaseara con la idea de un universo compartido (al fin y al cabo, esa idea tiene décadas de antigüedad en los cómics), pero sería únicamente un proyecto. Para la Fase 4, la idea del MCU está prácticamente instituida: su primera película -'Viuda Negra'- es, de hecho, la precuela de un personaje que ha muerto, algo de una complejidad conceptual imposible en la Fase 1.

¿Y 'Thor: Love and Thunder' tiene la culpa de todo? ¿Por qué tanto odio? No, 'Love and Thunder' no es la causa, pero podríamos decir que es un síntoma de lo despistada que anda la Fase 4. Antes de su lanzamiento, los rumores se sucedían, intentando vaticinar qué conexión con el MCU tendría la película: ¿multiversos? ¿el regreso de alguna de las razas de criaturas omnipotentes presentadas en 'Eternals'? Finalmente ha sido algo así, pero no del todo, y hemos conocido a Eternity, un ser primordial que en los cómics contiene todos los multiversos y todas las historias Marvel y que aquí se usa más como un lugar antromorfizado.

Y ahí hay espacio para una futura evolución temática de la Fase 4: Eternity puede otorgar el título de Capitán Universo, identidad que han llevado personajes como Spider-Man, Daredevil, Hulk o Silver Surfer en los cómics. Y la Máscara de la Eternidad, tallada de la misma sustancia que su cuerpo, otorga poderes casi inabarcables, un poco al estilo del Guante del Infinito. Es decir, hay ahí una vía, relativamente conectada con los Celestiales presentados en 'Eternals', acerca de las criaturas primordiales y prácticamente omnipotentes del universo Marvel, que podría explotarse.

Faltan Vengadores. Pero eso no va a suceder, porque de hecho, en las secuencias post-créditos de 'Thor: Love and Thunder' se apunta a un giro temático que traiciona parte de lo visto en las primeras cuatro fases del MCU: el Valhalla no es una metáfora, sino un espacio muy real. Eso abre la puerta a que las muertes de Hendall y un importante personaje de esta entrega no sean permanentes, porque se les puede rescatar de ese espacio.

Una peligrosa perspectiva, teniendo en cuenta que hasta ahora, a personajes como Iron Man, Viuda Negra, Mercurio, Yondu y muchos otros, Marvel los mataba bien muertos. Es decir, 'Love and Thunder' abre la puerta a cambios que traicionarían el tono de las fases anteriores y con los que Marvel podría estar experimentando (véase 'Wandavision' y los tejemanejes con la muerte de Visión) para dar al MCU una narrativa más manejable y menos despiadada.

Que en cualquier caso, no quita para que el gran drama ahora mismo del proyecto sea su falta clara de dirección: las películas y las series se multiplican, y con ello, los personajes. Pero a la vez, no hay unos Vengadores que aglutinen a los más importantes y sirvan de núcleo para ordenar y, ojo, jerarquizar las decenas de posibilidades que se abren sin parar. Los Vengadores son más que un grupo: son un punto de encuentro para el laberinto de posibilidades del MCU. Y de momento, películas erráticas y sin una dirección clara como 'Love and Thunder' parece que no van a conducir a un nuevo Endgame. Lo que por sí mismo no es un problema, pero... ¿cuánto aguantarán los fans con esa indeterminación?

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