La ficción audiovisual nos ha mostrado infinidad de escenarios post-apocalípticos, todos ellos provocados por algún tipo de catástrofe que normalmente sólo llegamos a conocer a través de una voz en off que nos expone el contexto de lo que vamos a ver o mediante algunos diálogos lamentándose por lo sucedido. Tampoco sería raro que fuera un simple monólogo con el que el único superviviente nos haga llegar su frustración en un momento de gran debilidad.
La cuestión es que nadie puede prepararnos para lo que tendríamos que pasar si tuviéramos la gran “suerte” de sobrevivir a un apocalipsis, pero seguro que todos estaremos de acuerdo con la idea de ser el último representante de la sociedad, mientras que simplemente habría que amoldarse a la nueva situación si somos varios. La cosa se complica si somos solamente dos los que seguimos en pie.
La llegada a los cines de ‘Segundo Origen’, adaptación de la célebre novela ‘Mecanoscrito del segundo origen’ de Manuel de Pedrolo, nos recuerda que el objetivo primordial debería ser la reproducción, aunque para ello resulta esencial que los supervivientes sean un hombre y una mujer, por no decir que debe existir un mutuo acuerdo para llevarlo a cabo. Eso no es garantía de que así se vaya a salvar a la humanidad, pero se erige como la opción más noble de todas.
El amor... ¿todo lo puede?
Existe una gran unanimidad para señalar que los primeros 30-40 minutos de 'Wall-E' son una auténtica genialidad, y casi una obra maestra. Ese fragmento de película nos recuerda, entre otras cosas, la belleza del amor puro, en especial si te has sentido solo durante mucho tiempo. Es verdad que se tratan de "simples" máquinas encargadas de diferentes tareas en un planeta desolado, pero su relación nos emociona, haciéndonos desear una felicidad que su propia condición podría acabar negándoles.
Eso sí, 'Wall-E' no fue el primer relato audiovisual con tintes post-apocalípticos que puso a prueba nuestras emociones hacia una pareja adorable en una situación complicada. Tenemos que remontarnos a 1986 para encontrar 'Cuando el viento sopla', adaptación animada de la novela gráfica de Raymond Briggs en la que una pareja madura es la única superviviente de un apocalipsis producido por una guerra nuclear, aunque ellos nunca llegan a asimilar la situación, creyendo que todo volverá a la normalidad, tal y como y pasó tras otras guerras.
De hecho, tanto James como Hilda mantienen su optimismo cuando abandonan el refugio y no logran encontrar a nadie ni nada con vida, ya que esperan encontrar en breve a su hijo y la esposa de éste, pero el tiempo pasa y, más allá de que va apareciendo cierto desánimo en ellos -aunque no en su amor-, nada cambia, o al menos eso es lo que parece...
Padres protegiendo a sus hijos (y al revés)
Estoy convencido de que muchos de vosotros os habréis acordado de 'La Carretera' (The Road) al pensar en escenarios post-apocalípticos con dos únicos personajes intentando sobrevivir en un paisaje inhóspito. Es algo lógico si tenemos en cuenta que se trata de un título relativamente cercano en el tiempo, que gozó de una gran acogida y que supuso el salto al cine de una excelente novela de Cormac McCarthy.
En este caso el pesimismo sobrevuela en todo momento, empezando por el detalle de que tienen una pistola con únicamente dos balas que están destinadas a quitarse la vida en caso de que no haya una salida mejor. Esto es una consecuencia directa de que en realidad no son los dos únicos supervivientes, pero el padre interpretado por Viggo Mortensen rehúye cualquier compañía al considerar que todo supone una grave amenaza para el bienestar de su hijo.
Los flashbacks nos recuerdan que no le faltan razones para haber perdido casi cualquier esperanza y no tardarán en aparecer peligros que justifican sus miedos. Como es de esperar, será el padre quien tenga que ejercer como protector, pero la situación cambia si nos fijamos en 'After Earth', una cinta en la que la devastación de nuestro planeta es utilizada para mostrar el crecimiento interior del personaje interpretado por Jaden Smith, quien incluso consiguió que su padre Will dejara en casa su arrollador carisma para así intentar salir mejor parado en las odiosas comparaciones.
En este caso ya sabemos de entrada que existe otra sociedad alejada de la Tierra y esa evolución del protagonista es más consecuencia de una carrera contra el reloj para poder salvar a su padre de una herida mortal. Vamos, que el post-apocalipsis se convierte en una amenaza intercambiable que los protagonistas han de superar para regresar a la normalidad.
La repoblación del planeta
Es obvio sentir la necesidad de proteger a tu padre o a tu hijo, pero lo más habitual es que las personas que han conseguido mantenerse con vida sean dos desconocidos y que, como ya hemos comentado que sucede en el caso de 'Segundo Origen', surja la necesidad del sexo con fines reproductivos. El problema llega cuando la nueva Eva no está precisamente por la labor de dejar que el Adán de turno haga "su trabajo", que es lo que sucede en 'El semen del hombre'.
Las peculiaridades de la cinta de Marco Ferreri no acaban ahí, pues en este caso el apocalipsis sucede prácticamente en paralelo, lo que permite que lleguen mensajes de autoridades religiosas apuntando a la necesidad de que los hombres inseminen a las mujeres, algo a lo que él reacciona con un entusiasmo que ella no comparte. Complicado seguir hablando de ella sin revelar más de la cuenta, pero digamos que aparece un tercer personaje, que la violencia no tarda en hacer acto de presencia y que su singular naturaleza se mantiene hasta el final.
Se ve que la violencia parece la reacción más normal cuando un dúo formado por un hombre y una mujer pasa a ser un trío ante la llegada de un nuevo superviviente, pues eso también sucede en 'El mundo, la carne y el diablo'. Sin embargo, aquí las dudas iniciales provienen del racismo de la sociedad americana de la época, pues son de diferentes razas y es él quien se ve incapaz de tener una relación sentimental con ella por mucho que el apocalipsis parezca haber acabado con el resto de la humanidad.
La ya mencionada llegada de un tercer personaje lo complicará todo más, pero quizá en este caso sea más fácil llegar a un acuerdo para solucionarlo todo... o puede que no y la última esperanza de la humanidad desaparezca por una absurda rivalidad.
Los animales, fieles aliados
Suele decirse que el perro es el mejor amigo del hombre, pero la voluntad del dueño puede hacer que esa relación sea drásticamente diferente a lo que todos podríamos esperar. Un gran ejemplo de ello lo tenemos en ‘2024: Apocalipsis Nuclear (Un muchacho y su perro)’, salto al cine de un relato de Harlan Ellison toda una rareza en la que un adolescente sobrevive en un mundo desolado junto a su mascota. Hasta ahí todo suena normal, pero es que ambos se comunican telepáticamente y él alimenta a su animal a cambio de que éste localice a mujeres a las que poder violar.
En este caso tendríamos a una pareja de supervivientes que no deja de serlo por voluntad propia y que mira únicamente por su interés propio, ya que el joven protagonista carece de una brújula moral que su perro no logra darle, aunque su amistad es lo que les permite sobrevivir y da sentido a una aventura con varios peligros que podrían acabar con ellos. Esa lealtad mutua impera hasta tal punto que parece ser que su director rechazó hacer una secuela tras la muerte del perro en la vida real.
Más conocido es el caso de ‘Soy Leyenda’, cinta que alteró de forma considerable la novela original de Richard Matheson, pero entre ellos sobresale la inclusión de un pastor alemán -en el original literario apenas había una breve aparición de un can- que demostró que la amistad entre un perro y un hombre puede dar lugar a momentos muy emotivos y que la compañía de un simple animal puede protegerte tanto mental como físicamente. Además, el egoísmo propio de los humanos, ese mismo que puede desconfiar en determinadas situaciones, desaparece, dejando únicamente el problema de la descendencia.
Una amistad improbable
Sospecho que casi todos vosotros habréis visto ya 'Bienvenidos a Zombieland', una comedia en la que durante unos minutos todo giraba alrededor de dos amigos improbables que habían aprendido a serlo porque una plaga zombi poco menos que les había forzado a ello, pero el dúo pronto pasa a ser un cuarteto, por lo que mejor fijar nuestra atención en 'The Battery', una cinta independiente poco conocida que se estrenó en 2012.
Al igual que en 'Bienvenidos a Zombieland', la notable diferencia de personalidad de Ben y Mickey, dos antiguos jugadores de béisbol, es la clave para construir todo el relato. El primero no ha tardado en adoptar una actitud de cazador para seguir con vida y odia dormir en espacios cerrados, algo que le encanta a Mickey, quien se niega a matar zombis y busca la normalidad, principalmente escuchando música.
Es un equilibrio difícil que no tarda en venirse abajo cuando descubren que hay más personas con vida, sobre todo por sus intentos de relacionarse con ellos, pero también porque las diferencias entre los dos protagonistas dan pie a situaciones incómodas con las que quizá no sepan lidiar. Eso es justamente lo que sucede también con los personajes interpretados por Quim Gutiérrez y José Coronado en 'Los últimos días', pero ahí es una amistad interesada la que guía a ambos -quieren rescatar a un ser querido que esperan que siga con vida- y son ellos los que prefieren mantener su soledad para dos mientras tanto.
Otros casos singulares
Está claro que cada uno reacciona de una forma diferente ante la soledad, pero creo que nunca hemos estado ante una situación en la que simplemente seamos el único ser humano en el universo y no haya forma alguna de evitarla. Bueno, el protagonista de 'The Noah' sí que encuentra una forma de hacerlo: Utilizar su mente para crear un amigo imaginario. Ya tenemos a un dúo en el que uno de ellos tiene plena capacidad para tiranizar al otro, pero nada es nunca así de sencillo y todo acaba complicándose con más creaciones imaginarias que la alejan de lo que ahora nos interesa.
Es evidente que esos amigos imaginarios dejan en nada las conversaciones del personaje interpretado por Will Forte en la televisiva 'The Last Man on Earth' con pelotas a las que ha intentado humanizar, pero la serie de Fox se supone que es una comedia cuando a lo largo de los pocos episodios que hemos podido ver hasta ahora también nos ha mostrado lo complicado que puede ser todo, tanto si estás solo como si formas parte de un dúo o de un grupo más amplio.
En este caso no podemos olvidar la conflictiva -y un tanto egocéntrica- personalidad del protagonista, quien no dudó en hacer uso de la "excusa" de la repoblación del planeta en su propio beneficio. Además, 'The Last Man on Earth' también ha abordado el amor romántico y en el horizonte promete entrar también en otro tipo de relaciones familiares. Tiempo tiene para ofrecer una visión más amplia, pero la idea de dos únicos personajes lidiando con el post-apocalipsis sospecho que ya ha quedado definitivamente atrás, por lo que tendrán que ser otros los que sigan ampliando un escenario al que ojalá nunca tengamos que enfrentarnos.
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