Tras la presentación hace unos días de las AMD 6870 y AMD 6850, ya toca mirar al futuro. AMD ya tiene en mente los nuevos modelos de sus tarjetas gráficas, que junto con los rumores que rodean a NVidia hacen que el panorama hardware se vaya a tornar en muy interesante a lo largo de los próximos meses.
La captura que tenéis arriba es una de las diapositivas del conjunto de presentaciones de AMD para sus primeras 6000 Series. En ella podemos ver cómo el modelo más alto se ampliará hasta la AMD 6990, que podemos prever como un modelo de doble núcleo y alta, altísima potencia. Lo que tenemos ahora son los modelos con la GPU Barts, pero oficialmente aún restan por llegar dos núcleos más potentes aún: Cayman y Antilles.
Lo mejor está por venir: AMD 6900 Series
Será, previsiblemente, con las AMD 6900 Series, cuya fecha de lanzamiento es totalmente incierta aunque no cabe duda de que será en los próximos meses. Hablamos de modelos punteros, que al igual que las 6870 y 6850 no revolucionarán el panorama de las tarjetas gráficas domésticas pero sí mantendrán una cierta evolución respecto de los modelos de la pasada generación.
Los posibles modelos son una incógnita aún, pero ya empiezan a hacerse cábalas al respecto. Si acudimos a la lista de chips ATi que hay en Wikipedia – y que suelen dar en el clavo muy frecuentemente – veremos las AMD 6950 y 6970 con GPU Cayman, que se lanzarán en el mes de noviembre (es decir, dentro de unas pocas semanas) y que son considerablemente más potentes que la 6870: concretamente, la AMD 6970 es el doble de potente en términos de operaciones por segundo (FLOPS), mientras que la 6950 se queda en “sólo” 1.5 veces.
Y si miramos aún más al futuro nos encontraremos con la AMD 6990, la que, ahora sí, será el buque insignia de AMD. Será la elegida para montar la GPU Antilles, con lanzamiento en enero y rondando los 5.500 GFLOPS. Parece ser que será un modelo Eyefinity, esto es, con seis conectores miniDisplayPort, pero tampoco tenemos que descartar la aparición de modelos ‘normales’.
Eficiencia energética en tiempos de crisis
Es quizá uno de los aspectos más curiosos en el mercado del hardware. Cada año que pasa vemos modelos más potentes pero también más eficientes, al menos energéticamente hablando.
Ésto es altamente positivo, no sólo por todos los rollos actuales con el medio ambiente y demás, sino porque nuestro bolsillo nos lo agradecerá. A día de hoy estamos hablando de modelos de GPU que utilizan unos 20 o 30 vatios cuando no están funcionando al máximo, haciendo que el total del ordenador se sitúe en unos 100 o 120 vatios. Todo depende, por supuesto, del resto de hardware, pero en general es una cifra muy buena y que, como he dicho, está bajando año tras año. Dejar el ordenador encendido todo el día es más barato ahora que hace unos años, a pesar de ser componentes que en conjunto son mucho más potentes.
Ahora bien, un dato que hay que tener muy en cuenta es que ésto se aplica a los ordenadores normales, las gamas bajas y medias. Los modelos de tarjetas gráficas más potentes – y otros componentes también – gastan mucho más que antaño. Por ejemplo, en nuestra segunda parte del análisis del Mountain GTM 900, con dos NVidia GTX 295 montadas, la potencia se disparó hasta los 614 vatios al máximo, 220 como mínimo. Que las gráficas modernas potentes seguirán consumiendo auténticas barbaridades es una rotunda verdad, y de hecho es una cifra que seguirá creciendo en los próximos meses. Lo positivo es que los fabricantes pueden mejorar con los cambios en los procesos de fabricación, donde el próximo serán los 28 nanómetros y, previsiblemente, llegará para el año que viene.
El futuro se orienta hacia los varios monitores
Otro de los puntos que más se está dejando ver en los últimos meses – o años – es todo lo que rodea al uso de varios monitores. ATi Eyefinity se ha situado como la portavoz de esta tecnología.
De hecho, en las 6000 Series AMD está prometiendo hasta seis monitores con una sola tarjeta gráfica, algo impensable hace unos años. Quizá un uso doméstico no requiera tanto escritorio, pero el ámbito profesional, y sobretodo determinados trabajos, lo agradecerán enormemente.
Pero claro, seguimos con la misma pega que hace un tiempo: los monitores son caros, y los buenos monitores más aún. Un conjunto de seis monitores más o menos decentes, a 200 euros la unidad, harán que nuestro desembolso se sitúe en 1.200 euros, una cifra que poca gente tiene pensado gastar. Están locos estos romanos, que diría aquél.
Junto al precio de los monitores tenemos otras dos claras dificultades en esta adaptación: el marco de los monitores hace que la experiencia de uso con varias pantallas sea bastante incómoda, aunque existen ciertas tecnologías y funciones que intentan minimizar este problema. Aún así son zonas que el usuario no ve, y por lo tanto va a ciegas por ellas. En un videojuego, por ejemplo, no se puede permitir.
Y por último, el espacio físico para montar un equipo de seis monitores es inmenso, más aún en la actualidad donde lo usual es tener modelos de 22 pulgadas en adelante. Fijaos en el tamaño de vuestra pantalla y montad un mosaico de 3×2. Observad las dimensiones. Es monstruoso, difícil de llevar a la práctica a no ser que se prepare una habitación casi en exclusiva para ello.
Aún así, tanto AMD como NVidia están preparando tarjetas gráficas con numerosas salidas de vídeo, y por lo tanto parece claro hacia dónde quieren moverse. Es totalmente incierto que esto se vaya a masificar en un futuro, y de hacerlo quizá estemos hablando de dentro de muchos años.
Por ahora es una tecnología en auge que, con total seguridad se está usando ampliamente en ciertos sectores profesionales, y que aunque también tiene repercusión en los hogares su uso sigue considerándose mínimo. Quizá si descendiese el precio de los monitores estaríamos hablando de otra cosa, pero por ahora no es esa la realidad.
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