Es la primera vez que la renovada Arm publica una hoja de ruta para su futuro y los objetivos que anuncian no carecen de ambición. La empresa, presente en una inmensa mayoría de dispositivos móviles a través de sus tan usados chips, busca introducir sus componentes en ordenadores portátiles y, de paso, superar a Intel en rendimiento.
Los británicos sacan pecho y aseguran que en los últimos cinco años los avances de su tecnología han llevado el rendimiento de los equipos de sobremesa a los teléfonos móviles. Dicen que esta situación es resultado directo de la cadencia anual de Arm a la hora de introducir nuevos diseños de CPU y que, ahora, están aplicando esa misma dinámica a la industria de los PC.
El objetivo es superar la dependencia del sector de la ley de Moore, según explican, para ofrecer "una experiencia portátil de alto rendimiento, siempre activa y siempre conectada". Una experiencia que creen que se convertirá en necesidad con el 5G. Y ponen como ejemplo de ello la reciente CPU Cortex-A76, que ha estrenado microarquitectura.
Dos nuevas arquitecturas, Deimos y Hercules, para conquistar el PC
Fue a finales del año pasado cuando Qualcomm y Microsoft lanzaron los primeros portátiles Windows con ARM. Equipos similares a los híbridos que habíamos visto hasta el momento que se equipan con el procesador Snapdragon 835 Mobile PC de Qualcomm con Always Connected PC y prometen hasta 24 horas de autonomía. Un milagro obra de ARM.
El problema de esta clase de equipos es que, a cambio de una autonomía que parece un sueño, hay que asumir un rendimiento menor en comparación con el uso de un chip x86. Los núcleos de ARM se quedan por detrás de los Intel Core y porque cualquier aplicación no soportada de forma nativa debe ser emulada, con lo que eso supone.
A partir de ahora, según esta hoja de ruta, se trabajará en que esa brecha de rendimiento que existe desaparezca. Todo va a comenzar con la arquitectura Cortex-A76, con la que se dará forma probablemente a procesadores tanto de 10 nm como de 7 nm, y continuará en 2019 y 2020 con sus dos nuevas arquitecturas de chips: Deimos y Hercules.
Si desde Arm esperan que Cortex-A76 permita a los consumidores hacer más con sus teléfonos móviles y "nivele el rendimiento frente a las CPU para portátiles" de la competencia, con sus dos nuevas arquitecturas espera superar el dominio de x86 y, por tanto adelantar a Intel.
Este movimiento, diseñado para aprovechar la "innovación disruptiva" que el 5G traerá según han explicado, dicen que les permitirá "ganar una cuota de mercado sustancial en portátiles Windows y Chromebooks durante los próximos cinco años". Quieren buscarse un buen hueco.
Pese a que no se conocen grandes detalles más allá de las gráficas con la potencia de cálculo basada en un único punto de referencia, los británicos han anunciado que Deimos será la encargada de tomar el testigo de Cortex-A76. Esta arquitectura de 7 nm será entregada a sus socios en 2018 y se espera que debute en 2019. En cuanto al rendimiento, aseguran que ofrecerá un aumento del 15 %.
Por su lado, en 2019 la CPU con nombre en código Hercules estará disponible para los socios de la empresa. Esta arquitectura, también basado en tecnología DynamIQ como Deimos y Cortex-A76, aseguran que continuará con el objetivo de ofrecer un mayor rendimiento a los equipos, mejorando la potencia y el rendimiento en un 10 %. Se espera que debute en 2020 y que el nodo de proceso de 5 nm también ayude en las mejoras.
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