Intel es conocida por sus procesadores y seguramente siga así durante mucho tiempo, pero no es el único segmento de negocio que abarca la empresa: como pudimos comprobar en el reciente Intel VisiON, un evento dirigido mayoritariamente a las empresas, la nueva Intel es bastante más ambiciosa que la "vieja". El hardware constituye el pilar sobre el que se sustenta la empresa, pero el software ya es igual (o más) de importante.
El tiempo en Dallas es apacible, sofocante incluso para alguien que viene de España. No se esperan lluvias para los dos días de un evento que cita en un rancho texano a empresas y periodistas de todo el mundo: el denominado como Intel VisiON no aspira a generar una turbulencia de noticias relacionadas con novedades, el entorno tranquilo del propio rancho colabora. Pese a que vimos productos nuevos, lo que sí nos dejó Intel claro es que la compañía piensa introducirse en casi cualquier área de negocio relacionada con el silicio. Especialmente en el software.
El software reporta más beneficios a Intel que el hardware
La llegada de Pat Gelsinger a Intel anticipaba un giro en el negocio clásico de la empresa que fue materializándose durante el último año. Quizá los grandes titulares estén copados por las diferentes generaciones de sus procesadores de consumo y empresa, como la más reciente 12th Gen Core, pero es sólo la punta de un iceberg que abarca desde diseño y fabricación de componentes a prestación de servicios a las empresas que desean desvincularse del hardware físico.
Tras la asistencia a keynotes, conferencias, después de haber participado en mesas redondas con los máximos responsables de Intel, tanto a nivel general como en nichos de producto muy concretos, todos nos aseguraron que la multinacional no cierra ninguna puerta. Incluso podría volver a fabricar procesadores para móviles, tanto para la propia Intel como para otros fabricantes y diseñadores de integrados.
Esta estrategia de apertura que afianzó el CEO de Intel tras su llegada se materializó a lo largo de todo el Intel VisiON. En especial con el software: la empresa se encuentra volcada en el desarrollo, incluso dentro del terreno Open Source. Apuestas como OpenVINO, una plataforma de IA que busca facilitar y universalizar el acceso a herramientas avanzadas de aprendizaje de máquina y modelos de entrenamiento, ejemplifican esta apertura.
El desarrollo de software es actualmente una parte esencial de la estrategia de Intel, así lo especificó el propio CEO, Pat Gelsinger. Éste hizo autocrítica ante el escaso peso que había tenido el software dentro del portafolio de la empresa. En la actualidad, y según el CEO de Intel:
"Hemos pesado de que el hardware sea dos a uno con el software en ingresos a tres a uno del software con el hardware en el total de nuestra industria. El papel del software se ha vuelto dramáticamente más importante".
Intel desarrolla software para ofrecerlo como parte de su equipación de hardware, pero también dispone de aplicaciones con las que cubrir aspectos concretos de la industria tecnológica. En su estrategia de ofrecer alternativas al mercado en todos los ámbitos, la empresa ofrece soluciones de IA, software de ciberseguridad, administración de redes y así hasta un largo etcétera. Una cara de Intel algo más oculta ya que la mayor parte de su negocio se orienta a las empresas.
Intel como fabricante de chips para otras empresas
Cierto es que la nueva estrategia de Intel pasa por diversificar sus productos aplicando especial relevancia al software, pero eso no implica que vaya a perder de vista su modelo de negocio más reconocible: es una de las únicas empresas que puede desarrollar semiconductores, fabricarlos y crear productos definitivos con los chips fabricados. Dada esta relevancia a nivel mundial, Intel quiere hacerle la competencia directa a colosos como TSMC.
La compañía de semiconductores taiwanesa TSMC es la empresa de fundición de semiconductores más importante del mundo (acapara más del 50 % de la producción). En ella confían sus productos empresas como Apple, Nvidia, Qualcomm o AMD. Y en Intel buscan robarle clientes con un profundo cambio en su estrategia de negocio: quieren desarrollar y fabricar semiconductores para otras empresas.
Intel ha tenido dificultades en la evolución de sus litografías a 7 nm; problemática que lograron solventar tanto TSMC como Samsung, dos fabricantes de semiconductores que son capaces de fabricar en 3 nm. Además, existe otro escollo en la estrategia de la empresa por atraer contratos de fabricación: en la actualidad, Intel no tiene suficiente capacidad como para cumplir con una alta demanda.
El gran giro de Intel dentro del hardware pasa por ofrecer sus servicios de fabricación a empresas que deseen una alternativa a TSMC y Samsung. De hecho, los responsables de Intel están convencidos que sólo es cuestión de tiempo, así nos lo confirmó Michelle Johnston, vicepresidenta ejecutiva y directora general del Grupo de Computación de Clientes de Intel Corporation. Según Michelle:
"Creo completamente que podemos competir con TSMC" ... "No es algo que podamos hacer de la noche a la mañana. Como suelo decir, el software puede desarrollarse en meses y el hardware tarda muchos años. Sólo nos llevará unos cuantos años llegar hasta allí".
Convertirse en un fabricante de semiconductores bajo demanda es un paso que Intel ya avanzó en 2021 como un servicio del enorme portafolio de productos que ofrece Intel a las empresas. Servidores para la nube, software con el que gestionar dichos servidores, GPUs para centros de datos, Edge Computing... Intel va mudando hacia una empresa de servicios sin dejar de lado la faceta de fabricante de chips por la que todos conocen a la empresa. Ésa es, precisamente, uno de los timones para la recuperación de la relevancia perdida.
La mayor apuesta de Intel se apoya en los gobiernos
En la actualidad, existe una gran preocupación en los gobiernos occidentales por el enorme peso que tienen los países asiáticos en el negocio del silicio. La crisis de semiconductores, con unas líneas de fabricación que no alcanzan para colmar la demanda, hizo que gobiernos como el europeo se pronunciasen a favor de potenciar la fabricación de chips en su territorio. Intel está pescando en este río revuelto.
La empresa estadounidense quiere hacerle frente al coloso TSMC, sí, pero no lo está haciendo sola: dado que existe una necesidad de no depender de Asia, Intel aprovecha este giro en las políticas gubernamentales hacia los semiconductores para hacer acopio de subvenciones en vías de potenciar sus líneas de fabricación.
Intel se movió primero a Alemania con una inversión de 17.000 millones de euros; apoyada por 5.000 millones del gobierno alemán. En el resto del continente europeo, Intel planea invertir más de 16.000 millones de euros a través de plantas futuras (y presentes) en Irlanda, Polonia, Francia y España. Esta inversión forma parte de los esfuerzos de la Comisión Europea por desvincularse de los fabricantes de semiconductores asiáticos. España ofrece una inversión directa en semiconductores de 11.000 millones euros.
Intel es líder en el segmento de los semiconductores, pero sabe que su competencia la ha superado en varios de los ámbitos clave (en las litografías y en el volumen de contratos, por ejemplo). Aparte de recuperar el terreno perdido, la estrategia pasa por apuntar a cualquier ámbito relacionado con el silicio que pueda reportar beneficios para la empresa. Veremos si las futuras fábricas europeas son realmente capaces de competir con TSMC.
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