Dentro de la guerra tecnológica y comercial entre Estados Unidos y China, ASML juega un papel crucial. Esta empresa ubicada en Países Bajos es la responsable de la producción de las máquinas más sofisticadas para la fabricación de chips. Uno de sus últimos equipos de fotolitografía UVE de alta apertura cuesta la friolera de 350 millones de euros y es capaz de producir más de 200 obleas por hora.
A apenas ocho kilómetros de la sede mundial de ASML, se encuentra la Universidad Técnica de Eindhoven. En ella se forman los talentos que, en un futuro, formarán partes de compañías como la mencionada ASLM. El problema es que hay quien sospecha que algunos de sus estudiantes podría ir a parar a empresas como SMIC, el gigante chino que está plantando cara a occidente.
Y, como sucede con la propia ASML, la Universidad Técnica está atrapada en esta guerra comercial entre las dos superpotencias debido a su gran número de estudiantes chinos.
"No queremos que nos roben nuestras joyas de la corona"
Tanto la fábrica como la Universidad están entre la espada y la pared. ASML tiene que cumplir con las restricciones comerciales que impiden que venda su maquinaria de última generación a China (aunque estos últimos meses, ya hemos visto que en la hoja de ruta de China se plantea la inversión de grandes sumas de dinero para ponerse al día con la maquinaria avanzada). Sin embargo, China era un cliente muy goloso para ASML, por lo que no es algo que favorezca a la empresa.
Con la Universidad Técnica de Eindhoven ocurre algo similar. ASML ha invertido un auténtico dineral la universidad para formar estudiantes de doctorado y modernizar uno de los edificios del centro, que es un entorno libre de polvo y contaminantes, ideal para el estudio de los chips y semiconductores. Concretamente, en mayo la empresa prometió dar 80 millones de euros para realizar cumplir estos objetivos y tienen un acuerdo de colaboración de 10 años para crear 40 doctorados cada año.
ASML sigue teniendo presión por parte de Washington para frenar el desarrollo tecnológico chino y, mientras tanto, se está cuestionando al alumnado de la universidad. Robert-Jan Smits es el responsable de la Universidad Técnica y, como leemos en Bloomberg, afirma que siempre recibe preguntas de los estadounidenses sobre los estudiantes chinos.
Smits comenta que, el año pasado, la embajadora de Estados Unidos en Países Bajos le preguntó sobre la gran cantidad de estudiantes procedentes de China y, además, una advertencia: "recibimos el mensaje de que debíamos tener cuidado con los estudiantes chinos, pero ¿quién les otorga todo tipo de visas para que vayan a las universidades estadounidenses? El gobierno de Estados Unidos".
"No queremos que nos roben la joya de la corona" - Robert-Jan Smits
Aquí, el responsable de la institución se muestra crítico con esa doble vara de medir y con el escrutinio al que Estados Unidos está sometiendo tanto a ASML como a su centro educativo. Uno de los motivos del recelo estadounidense es tanto la buena relación de la universidad con ASML, pero también que en uno de los laboratorios del centro hay máquinas de litografía de ASML para fines de investigación.
Sin embargo, no es sólo Estados Unidos la que tiene la lupa sobre ASML y la universidad: el propio gobierno de Países Bajos también está en el ajo, preparando una ley que impide que estudiantes chinos accedan a ciertos programas universitarios sobre tecnologías sensibles. En éstos, se incluyen los semiconductores y programas relacionados con defensa.
Las universidades de Países Bajos pueden decidir de forma independiente sobre las solicitudes de admisión tanto de estudiantes como de investigadores que querían entrar en un programa sensible. ¿Cómo? Preguntando al gobierno y, en 2022, de las 89 preguntas que enviaron, 52 eran sobre China, 21 relacionadas con Rusia y otras 16 sobre Irán.
De momento, es un proyecto de ley y el propio ministro de Educación de Países Bajos, Eppo Bruins, se muestra contradictorio: "ya no podemos permitirnos el lujo de ser ingenuos, pero al mismo tiempo necesitamos un enfoque matizado. Hay muchos estudiantes brillantes". Por su parte, Smits afirma que ya son extremadamente cuidadosos con los niveles que otorgan para acceder a la tecnología sensible de primer nivel y remata con un "no queremos que nos roben nuestras joyas de la corona".
Huawei siempre en el centro de la diana
Todo este conflicto que ha puesto a ASML y a la propia Universidad de Eindhoven en el punto de mira es algo que responde a hechos que han sucedido estos últimos meses y que han obligado a Estados Unidos a encender las alarmas.
Cuando Huawei lanzó a mediados del año pasado el Mate 60 Pro, Estados Unidos se puso en alerta máxima. Desde la entrada en vigor de los vetos de 2019, Huawei había seguido lanzando móviles, pero éste tenía algo especial: el SoC Kirin 9000S. Había sido fabricado por Huawei y SMIC, siendo un puñetazo encima de la mesa que demostraba que, sin ser el más potente, China podía fabricar un SoC en litografía avanzada.
Esto desencadenó investigaciones en Estados Unidos y lo que empujó a la toma de medidas más drásticas es que ASML confirmó que había sufrido robo de información confidencial que los ingenieros de Huawei podrían haber aprovechado para crear el chip. Aparte de esta acusación de espionaje, se encontraron otros componentes en el Mate 60 Pro que no deberían estar ahí.
Pero bueno, el lanzamiento del Mate 60 Pro aupó a Huawei a los primeros puestos de ventas, algo que no había conseguido en años, y dio tanta confianza a la industria China que se convirtió en la gran esperanza tanto de chips móviles como de un ambicioso chip para IA con el objetivo de competir contra NVIDIA.
A partir de ahí, este año ha sido un sinfín de sospechas de espionaje. Tres de las grandes telecos chinas en EE.UU. están bajo el punto de mira, se detuvieron a tres personas en Alemania por robar tecnología militar y, de nuevo con Huawei en la ecuación, recientemente se juzgó a una supuesta espía china por robar tecnología de SK Hynix para Huawei.
Veremos qué ocurre, pero lo cierto es que la situación está lejos de terminar porque China sigue desarrollando sus planes para empujar la litografía todo lo posible, mientras que Estados Unidos busca apretar más aún con sus sanciones. Y, además de todas las restricciones comerciales, Estados Unidos está presionando para ir un paso más allá e impedir que ASML repare las máquinas vendidas a China antes de los límites de venta impuestos el año pasado.
Imágenes | ASML
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