Los fabricantes de semiconductores están sumidos en un momento delicado. Algunos de ellos han realizado durante los últimos dos años inversiones muy fuertes en nuevas plantas de fabricación con el propósito de dar una respuesta sólida a la creciente demanda global de circuitos integrados. Los tres pesos pesados de esta industria, TSMC, Intel y Samsung, son algunos de ellos.
En circunstancias favorables probablemente estas empresas recuperarían esta inversión en poco tiempo, pero no están ni mucho menos al margen de la delicada coyuntura política y geoestratética actual. Para las grandes potencias la industria de los chips es estratégica debido al profundo impacto que tiene en su economía, y también a que está íntimamente ligada a su desarrollo tecnológico. Y actualmente Occidente tiene la sartén bien agarrada por el mango.
Estados Unidos, a la cabeza de la alianza Occidental, está haciendo todo lo que está en su mano para evitar que los equipos de fotolitografía más avanzados que fabrica ASML, los de ultravioleta extremo (UVE), caigan en las manos de China. Actualmente estas máquinas de litografía están siendo utilizadas por TSMC, Intel y Samsung, pero están fuera del alcance de las compañías chinas de semiconductores, como SMIC o Hua Hong Semiconductor.
No obstante, esta estrategia tiene un coste importante, y lo están asumiendo, sobre todo, los fabricantes de chips occidentales. De hecho, cuando el Gobierno estadounidense aprobó la imposición de sanciones dirigidas directamente a la industria china de los chips la cotización en la Bolsa de varios fabricantes de semiconductores occidentales se redujo de un día para otro en 240.000 millones de dólares. Hoy el panorama que se cierne sobre esta industria es sombrío, y SIA (Semiconductor Industry Association), que es la organización que representa los intereses de los fabricantes de chips estadounidenses, se ha mojado.
SIA avisa: el bolsillo de las empresas estadounidenses ya se está resintiendo
El mercado chino actúa como una fuente de ingresos fundamental para muchas compañías occidentales vinculadas a la industria de los semiconductores. Las sanciones impuestas por el Gobierno estadounidense no impiden únicamente a ASML vender sus equipos de litografía más avanzados a las empresas chinas; también afectan a los fabricantes de obleas, a los diseñadores de chips y a las empresas que producen otras herramientas que también participan en la producción de circuitos integrados.
Esta declaración de SIA pone el dedo en la herida:
"Las compañías estadounidenses de semiconductores están sumidas en un ciclo virtuoso de innovación que les obliga a realizar grandes inversiones en investigación y desarrollo, así como a acceder al mercado global. Históricamente los fabricantes de semiconductores estadounidenses han invertido de forma sostenida alrededor de una quinta parte de sus ingresos en investigación y desarrollo, que es una de las mayores cuotas soportadas por cualquier industria."
No obstante, este es solo el punto de partida de esta organización. En su declaración justo a continuación expone varias medidas que, según las compañías de semiconductores de Estados Unidos, deberían ser aceptadas por el Departamento de Comercio para evitar que su bolsillo salga aún peor parado debido a la imposibilidad de desarrollar buena parte de su actividad comercial en China. En cualquier caso, las empresas estadounidenses no son las únicas que están sometidas a las tensiones entre Estados Unidos y China; las europeas también lo están.
Como hemos visto ASML, que es de Países Bajos, no puede vender sus equipos de fotolitografía más avanzados en China. Aun así, esta compañía asegura que sus ingresos a corto y medio plazo están garantizados gracias, precisamente, al desarrollo de los equipos avanzados que está suministrando a los fabricantes de chips occidentales que están poniendo a punto nuevas plantas. Sin embargo, podemos estar seguros de que otras empresas europeas más pequeñas, al igual que las estadounidenses, están sufriendo como consecuencia de las sanciones impuestas a China. Veremos cómo evoluciona este conflicto, pero con toda seguridad la tensión no va a relajarse a corto plazo.
Imagen de portada: ASML
Más información: SIA
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