Los fabricantes de móviles apostaron todo a las huellas dactilares. Resulta que podían borrarse

La forma de la huella dactilar es relativamente fácil de modificar. Y esto es un problema para los lectores biométricos

Salvando los iPhone con su Face ID, prácticamente la totalidad de móviles Android comercializados en los últimos años cuentan con un lector de huellas. Son una alternativa de peso ante los sistemas de reconocimiento facial, que requieren una nada desdeñable cantidad de hardware difícil de ocultar, al menos con las tecnologías actuales.

Una curiosidad con los lectores de huellas tiene que ver con la forma de dichas huellas: esta puede cambiar con el tiempo e incluso borrarse. No es un problema extendido ni mayoritario, pero sí una consideración que conviene conocer.

Las huellas se borran. Mara Johnson es una escaladora de 33 años, y una de las pocas personas en el mundo que ha perdido por completo sus huellas dactilares, como recogen en Wired. De hecho, ha tenido problemas a la hora de renovar su documento nacional de identidad, ya que no le era posible registrar sus huellas.

No es la única afectada, aunque sí parte de una minoría. Según un estudio realizado por varios investigadores -aunque con datos algo desactualizados-, de las 145,600 personas que solicitaron nuevos documentos de identidad -datos obtenidos del Ministerio de Asuntos internos del Líbano-, el 0,18% no pudo registrar sus huellas.

Más allá de los porcentajes, es curioso conocer las múltiples causas que pueden ocasionar el borrado o modificación de nuestra huella dactilar. Esta, es un patrón único de crestas y surcos en la piel de la punta de los dedos, diferenciando incluso a sujetos gemelos.

Y por diversas causas. Quemaduras, amputaciones, malformaciones, heridas, problemas dermatológicos como la dermatitis e incluso el envejecimiento son posibles causas de la modificación en nuestras huellas dactilares. Incluso hay estudios que nos hablan de cómo la quimioterapia puede afectar a las huellas.

Si practicamos deportes con mucho impacto en los dedos, o incluso si tenemos trabajos físicos relacionados con un uso muy intenso de las manos, es más que probable que nuestras huellas cambien con el paso del tiempo.

Siempre hay una segunda oportunidad. Por suerte, si nuestro móvil no reconoce la huella que le hemos configurado, nos permitirá acceder al sistema mediante el código que hayamos establecido. La biometría nunca funciona como método único de desbloqueo, precisamente, porque pueden darse este tipo de casos.

No es perfecto tampoco el sistema reconocimiento facial, sensible a cambios faciales relacionados con el vello, operaciones estéticas, gafas o cualquier otro tipo de modificación de la lectura original de nuestra cara.

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