Corren buenos tiempos para los fabricantes de semiconductores. Y es que no solo tienen vendido de antemano todo lo que son capaces de fabricar (al menos si nos ceñimos a los chips de alta integración más avanzados y a los circuitos integrados más demandados); la robustez de su negocio está asegurada no solo a medio plazo, sino también a largo plazo.
Y es que no hay un solo indicio que parezca apuntar, ni siquiera tímidamente, que la relevancia que tiene actualmente esta industria se vaya a resentir. En realidad sucede todo lo contrario; lo más razonable es asumir que industrias como la de la automoción, la informática personal o la electrónica de consumo, entre muchas otras, en el futuro tendrán una dependencia aún mayor de los circuitos integrados.
Pat Gelsinger, el director general de Intel, y otros expertos que conocen bien la idiosincrasia de esta industria nos han prevenido: la tormenta perfecta que nos ha colocado en el contexto de déficit profundo de chips en el que nos encontramos no escampará en 2022. Los primeros signos de recuperación llegarán el año que viene, pero posiblemente el déficit de chips no se solventará hasta 2024 debido a que ese año comenzarán a producir algunas de las nuevas megafábricas que ya están en construcción.
TSMC lidera con contundencia una industria en la que Samsung pisa cada vez más fuerte
La cuota de mercado que tiene la compañía taiwanesa TSMC, que actualmente es el mayor fabricante de semiconductores del planeta, es abrumadora. Y es que según Visual Capitalist acapara nada menos que el 54% del mercado. Las cifras de otras consultoras no difieren mucho de las que ha publicado este medio, por lo que podemos asumir que esta cuota refleja con bastante precisión su relevancia en esta industria.
TSMC fabrica para Apple, NVIDIA o Qualcomm, entre muchas otras compañías. Incluso produce para Intel. Es evidente que su porfolio de clientes es sólido como una roca, y en gran medida lo es gracias a los nodos de fabricación más avanzados en los que ya está produciendo buena parte de los chips de alta integración más sofisticados que podemos encontrar actualmente en el interior de nuestros ordenadores y teléfonos móviles.
Si nos ceñimos a su cuota de mercado la distancia que separa a TSMC de Samsung, Intel, UMC, GlobalFoundries y SMIC, que son las mayores compañías con las que se reparte el pastel, es enorme. Aun así, según Nikkei Asia el año pasado los ingresos de la filial de Samsung dedicada a la producción de semiconductores se incrementaron un 31,6%, lo que le permitió rozar con la punta de los dedos los 76 000 millones de dólares.
Estas cifras han colocado a Samsung en una segunda posición muy cómoda, permitiendo a esta compañía surcoreana hacerse con un muy respetable 17% del mercado. No debemos pasar por alto que también tiene varios nodos de fabricación muy avanzados, lo que la erige como una alternativa interesante a TSMC en la producción de chips de alta integración. De hecho, actualmente Samsung está fabricando para NVIDIA los procesadores gráficos que esta última monta en su línea de tarjetas gráficas más avanzada.
Ver el gráfico https://infogram.com/untitled-1hd12yxp18o0w6k?liveEl gráfico de sectores que publicamos encima de estas líneas lo hemos preparado utilizando los datos recogidos por Visual Capitalist, y lo sorprendente es que este medio no ha incluido a Intel en su análisis. Probablemente se deberá a que esta compañía tiene una estrategia muy diversificada en la que produce mucho para sí misma, pero también fabrica para otras empresas, e, incluso, es cliente de otros fabricantes de semiconductores (como he mencionado más arriba aparece en la cartera de clientes de TSMC).
En cualquier caso, otras empresas especializadas en el análisis de mercados, como Statista, colocan la cuota de Intel ligerísimamente por detrás de la que tiene Samsung, por lo que a todos los efectos ocupa la tercera posición en la clasificación en la que TSMC gobierna con puño de hierro.
Un apunte más que refleja la cómoda situación en la que se encuentra Intel a pesar de haber dado algunos bandazos durante los últimos años: en 2021 solo ha crecido marginalmente, pero ha cosechado unos ingresos vendiendo chips de nada menos que 73 100 millones de dólares. Apenas ha ingresado 3000 millones de dólares menos que Samsung por este concepto.
Con la misma cuota de mercado, un 7%, y a cierta distancia de Samsung e Intel, se encuentran la compañía taiwanesa UMC y la estadounidense GlobalFoundries, que hace unos años estaba integrada en el conglomerado empresarial de AMD.
Y pisándoles los talones con una cuota de mercado del 5% aparece la empresa china SMIC, que, como veremos en la última sección de este artículo, parece decidida a pelear duro. Y es que, al igual que sus competidores más aventajados, está apostando por reforzar su posición construyendo nuevas fábricas de circuitos integrados.
En el mapa mundial de la industria de los semiconductores Asia no da tregua
El mapa que hemos preparado refleja con bastante precisión el estatus actual de la industria de los circuitos integrados. Como podemos ver, tan solo dos zonas del planeta aglutinan la mayor parte de las fábricas de chips: Estados Unidos y los países del este asiático.
Para que este mapa sea lo más completo, pero también lo más legible posible, hemos recogido en él las principales instalaciones de los seis mayores fabricantes de semiconductores del planeta: TSMC, Samsung, Intel, UMC, GlobalFoundries y SMIC. Por supuesto, hay muchas otras compañías, pero su cuota de mercado no supera el 1% en ningún caso, por lo que para mantener la legibilidad hemos preferido pasarlas por alto.
Os propongo que continuemos echando un vistazo con más detalle a las fábricas de semiconductores alojadas en Asia. Cada uno de los puntos de este mapa no refleja únicamente una fábrica; puede identificar varias de ellas ubicadas en una misma región, o, al menos, en áreas cercanas. Hemos intentado que en la medida de lo posible el tamaño de los puntos nos ayude a intuir la magnitud de las instalaciones que identifica cada uno de ellos.
Los complejos de fabricación de chips más extensos en esta área del planeta los tiene TSMC, y la mayor parte de ellos están alojados en Taiwán, sobre todo en las áreas de Hsinchu, Tainan y Taichung. No obstante, TSMC también tiene fábricas en China, en las proximidades de Shanghái, así como en Tianjín.
El otro gran fabricante de semiconductores taiwanés, UMC, también aglutina la mayor parte de sus nodos de fabricación en Taiwán, en la región de Hsinchu. Pero, al igual que TSMC, tiene fábricas en China (Suzhou y Xiamen). Incluso tiene instalaciones en Japón y Singapur, aunque, como hemos visto, esta estructura aparentemente tan ambiciosa no le está permitiendo recortar la abismal distancia que en términos de cuota de mercado le separa de TSMC.
El segundo mayor fabricante de chips asiático, Samsung, aglutina buena parte de su producción en Corea del Sur, pero también tiene varias fábricas en China, como las de Shaanxi, Tianjín, Xian o Suzhou. Es evidente que las favorables condiciones laborales y administrativas de China, y, por supuesto, su proximidad geográfica, han animado a las compañías taiwanesas y surcoreanas a instalar allí algunos de sus centros de producción.
Como podemos ver en el mapa, la compañía china SMIC tiene fábricas en las cercanías de Pekín, Tianjín, Shanghái y Shenzhen. Y merece la pena que no pasemos por alto que las estadounidenses Intel y GlobalFoundries también están presentes en Asia con instalaciones en Dalian (China) la primera, y en Singapur la segunda. La conclusión más evidente a la que podemos llegar es que buena parte de los centros de fabricación de circuitos integrados de todo el planeta reside en el área geográfica bañada por el Mar del Japón y el Mar de China Oriental.
En el siguiente mapa podemos ver con más detalle las instalaciones de fabricación de semiconductores más relevantes de Estados Unidos. Intel localiza buena parte de su producción en su país de origen, aunque la reparte entre cuatro estados: Oregón, California, Nuevo México y Arizona. También tiene unas instalaciones en Costa Rica dedicadas a la investigación en materia de circuitos integrados que actúan como centro de servicios internacional.
GlobalFoundries tiene varios centros de producción en la otra punta del país, en los estados de Vermont y Nueva York, que se suman a la fábrica de Singapur de la que hemos hablado un poco más arriba. No obstante, no solo las compañías estadounidenses tienen fábricas de chips en Estados Unidos; TSMC tiene una gran fábrica en el estado de Washington, y Samsung otra en Texas, que, como veremos más adelante, planea ampliar a medio plazo.
El panorama en Europa es muy poco tranquilizador. La mayor compañía dedicada a los semiconductores es ASML, que está en Países Bajos, pero no se dedica a la fabricación de chips; está especializada en el diseño y la producción de los equipos fotolitográficos que utilizan los principales fabricantes de circuitos integrados en sus nodos de producción. Eso sí, esta empresa es el gran bastión europeo de los semiconductores debido a que buena parte de la tecnología que utilizan los demás fabricantes sale de sus centros de investigación.
En Europa hay fabricantes de chips, pero su relevancia es moderada y en ningún caso compiten con las compañías de las que hemos hablado en este artículo. De hecho, las fábricas de semiconductores más relevantes alojadas en suelo europeo son las que tiene Intel en Leixlip (Irlanda), y las de GlobalFoundries en Dresde (Alemania). Aunque no pertenece a Europa, por su relativa proximidad geográfica también merece la pena que no pasemos por alto la fábrica que tiene Intel en Kiryat Gat (Israel).
Asia y EEUU seguirán mandando, pero Europa quiere reforzarse en la industria de los chips
Solo hay una forma de dejar atrás el déficit de circuitos integrados que nos ha colocado en la situación en la que estamos sumidos desde hace aproximadamente dos años: equilibrar la demanda y la oferta. Y la manera de conseguirlo pasa necesariamente por fabricar más semiconductores. A los grandes productores les interesa responder a la demanda, incluso aunque requiera afrontar grandes inversiones, porque a medio plazo les permitirá incrementar su volumen de negocio.
Los riesgos en este sector estratégico son perfectamente asumibles, y los fabricantes de chips lo saben mejor que nadie, por lo que muchos de ellos ya han tomado cartas en el asunto. Intel invertirá aproximadamente 20 000 millones de dólares para poner a punto dos nuevas fábricas en su campus de la localidad de Ocotillo, en Arizona. Y en 2024 TSMC iniciará la producción de chips en la fábrica de 12 000 millones de dólares que ya está poniendo a punto en esa misma región de Estados Unidos.
Además, GlobalFoundries anunció a mediados del pasado mes de julio que va a construir una nueva fábrica en el estado de Nueva York que le permitirá duplicar su capacidad de producción de circuitos integrados. Y Samsung ha confirmado que invertirá 17 000 millones de dólares en la construcción de una nueva planta de circuitos integrados que estará ubicada en Taylor (Texas), y que se sumará a la fábrica que ya tiene en marcha en Austin. La compañía surcoreana prevé iniciar la producción en esta segunda planta durante la segunda mitad de 2024.
TSMC parece estar poniendo toda la carne en el asador. Y es que, además de la nueva fábrica de Arizona de la que acabamos de hablar, está construyendo dos más en Taiwán: una en el parque científico del sur de Taiwán, que parece que empezará a producir este mismo año, y la otra en Hsinchu. Esta última según sus previsiones estará lista en 2024 o 2025.
El otro fabricante de semiconductores asiático que también planea abrir nuevas plantas a corto o medio plazo es la compañía china SMIC. Sus nuevas fábricas estarán alojadas en las proximidades de Pekín y Shanghái, en dos regiones en las que ya tiene algunos de sus centros de fabricación de chips.
Este movimiento sin duda forma parte de una estrategia que persigue reforzar su posición y recortar la distancia que la separa de las dos compañías que casi tiene a su alcance en términos de cuota de mercado: UMC y GlobalFoundries.
¿Y qué pasa con Europa? Pues que por el momento hay muchos planes y muy buenas intenciones, pero nada concreto sobre la mesa que nos permita conocer con precisión cuándo se pondrá en marcha una nueva fábrica de chips de alta integración en nuestro continente. Intel, TSMC y GlobalFoundries son tres de las compañías que han manifestado su intención de abrir nuevas plantas de fabricación de semiconductores en suelo europeo.
Son buenas noticias, de eso no cabe duda, pero por el momento estas empresas se están dejando querer a sabiendas de que muchos países están deseando hacerles un hueco dentro de sus fronteras. El país que tiene más posibilidades de acoger algunas de estas fábricas es Alemania, en el que ya está presente, como hemos visto, GlobalFoundries. Ya veremos cómo queda todo esto, pero hay una realidad inapelable: a Europa le va a costar subirse a un tren del que por el momento solo tiran sin descanso Asia y Estados Unidos.
Imágenes | TSMC | Pablo Rodríguez Gallego
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