Hace unos tres meses ya hablamos de ellos. Los Intel SSD 710 Series son ahora reales. Por entonces pensábamos que iban a ser modelos de entrada, muy básicos – por entonces se hablaba de transferencias en torno a los 200 MB/s – y baratos. La realidad es que se trata de SSD profesionales, prohibitivos para el usuario doméstico. Están pensados en centros de datos.
Mantienen el formato de 2.5 pulgadas y se distribuirán con capacidades de 100, 200 y 300 GB de memoria NAND MLC de 25 nanómetros fabricada por la propia Intel. A pesar de que la memoria es de tipo MLC, desde Intel prometen que sus bondades son idénticas a las de las SLC utilizadas en los predecesores de estos Intel SSD 710, aquellos míticos Intel X25-E. Su rendimiento llegará hasta los 270 y 210 MB/s en lectura y escritura, respectivamente.
Los precios son abusivos si simplemente atendemos a las velocidades anteriormente comentadas: 650, 1.289 y 1.929 euros para los modelos de 100, 200 y 300 GB respectivamente. Una barbaridad en comparación con los 320 que cuesta un Vertex 3 de 120 GB, por ejemplo.
Pero como ya comentamos al inicio de esta entrada, se trata de un producto destinado al mercado profesional en el que la principal diferencia será la durabilidad y la respuesta de los discos a lo largo del tiempo, a priori mucho mayor que el de un disco duro tradicional o el de un SSD doméstico.
Lo dicho, quizá sea un interesante componente para grandes sistemas y centros de datos o servidores con unos cuantos cientos de usuarios, pero por ahora en casa tenemos otros productos mucho más competentes.
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