Tras haber presentado hace menos de un mes la GTX 660 Ti, NVidia ha introducido en el mercado sus dos nuevas tarjetas gráficas de gama media: NVidia GTX 660 y NVidia GTX 650.
La primera os sonará porque ya comentamos sobre ella, por entonces sólo disponible para el mercado OEM. NVidia GTX 660 llega con una GPU GK106 a 960 MHz., Turbo hasta los 1033, 960 núcleos CUDA y 2 GB de memoria GDDR5. Las diferencias entre la 660 OEM y la 660 presentada hoy son notables, por ejemplo en el núcleo: la OEM implementa el mismo GK104 del modelo Ti, mientras que la nueva 660 hace uso del nuevo GK106.
La otra presentada hoy supone un escalón menos en lo que a rendimiento se refiere: NVidia GTX 650 es la gama media más media que nunca, con un nuevo procesador GK107 a 1058 MHz. de frecuencia base y sin la existencia de Turbo. Curiosamente estamos ante la frecuencia de GPU más alta entre las disponible de NVidia, seguida de cerca por la gigante GTX 690. Completan sus especificaciones los 384 núcleos CUDA y 1 GB de memoria también GDDR5.
Ambos modelos requerirán un conector de energía de 6 pines y tienen TDP de 150 y 64 vatios para 660 y 650 respectivamente, siendo el de esta última realmente bajo. Por último, incluirán salidas de vídeo DVI y HDMI, y en el caso de la 660 también un miniDisplayPort.
Precios de NVidia GTX 660 y NVidia GTX 650
Los precios oficiales para Estados Unidos se sitúan en 229 y 109 dólares para las 660 y 650. Por encima tendremos a la 660 Ti por 299 dólares, y ya bastante más lejos la 670 que cuesta unos 399 dólares.
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Así pues, a falta de alguna posible sorpresa ya tenemos en el mercado la actual generación de tarjetas gráficas al completo, tanto de NVidia como de AMD. Dejando de lado las NVidia GT 645 e inferiores, basadas en núcleos de la pasada generación, los precios de ambos fabricantes empiezan en 109 euros para sus modelos de GPU dedicadas más básicos, siendo las NVidia GTX 650 y la AMD 7750.
El sentido de las tarjetas gráficas dedicadas
En los últimos años tanto Intel como AMD están apostando por implementar sus propios núcleos gráficos dentro de los procesadores, de forma que ya no es necesaria una tarjeta gráfica dedicada.
¿No? No para la inmensa mayoría de usuarios, claro. El otro día un amigo me comentó que quería renovar su ordenador, y más concretamente la tarjeta gráfica. Buscaba algún modelo de calidad y el único requisito era que funcionasen correctamente los juegos, ya que con su actual GPU notaba ciertos tirones puntuales.
Ahora viene lo bueno: su actual GPU es una Intel HD Graphics 2000 integrada en la CPU Intel Core i5-2500, que para el uso que él le daba era suficiente… hasta que empezó a sentir que necesitaba más potencia en videojuegos. ¿En el resto de aplicaciones? Para él no es necesario.
Las tarjetas gráficas dedicadas son necesarias únicamente en los videojuegos. Suponen un desembolso bastante amplio (ya vimos anteriormente que los modelos de la actual generación empiezan en 109 dólares), más ruido y también más consumo energético. También tenemos que tener en cuenta que si vamos a querer una nueva gráfica para jugar, ésta debe suponer una diferencia significativa respecto de las GPU integradas que, como hemos visto puntualmente han mejorado mucho en los últimos meses y seguirán creciendo en los próximos años: ahí están los ejemplos de Haswell de Intel ejecutando Skyrim o AMD Trinity.
¿Llegará un momento en el que no necesitemos GPU dedicadas? No, al menos a corto o medio plazo. Es físicamente imposible que un chip integrado sea tan potente o más que una tarjeta gráfica completa, principalmente debido al espacio físico utilizado y su repercusión en otros factores. Lo que sí es una realidad a día de hoy es que la gran mayoría de usuarios no necesitan tarjetas gráficas dedicadas, y sólo los cuatro frikis que nos gusta disfrutar del último Battlefield en su máxima configuración debemos desembolsar unos cuantos cientos de euros. ¿Reproducción de vídeo? ¿Navegación web? ¿¡Creación de 3D sencillo!? Incluso para muchos juegos es suficiente una GPU integrada, más aún hoy en día con esa categoría de juegos indie que está teniendo cada vez más éxito entre el público.
Hace un par de décadas, con el primer ordenador que tuvimos en casa, mi padre me hablaba de un chip accesorio denominado coprocesador matemático que se compraba por separado y que mejoraba el rendimiento de aquél vetusto procesador Intel 286. Los coprocesadores matemáticos desaparecieron y en la actualidad hablamos de tarjetas de procesamiento como NVidia Tesla, exclusivas del sector profesional. ¿Será ese el futuro de las tarjetas gráficas? Yo diría que sí.
Nota del editor: en todo momento me estoy refiriendo al mercado doméstico, a los componentes de un ordenador de entretenimiento para la familia, aplicaciones domésticas y conocidas ampliamente. Sí, mucha gente trabaja en renders 3D, editando vídeos o fotografías o creando simulaciones de partículas según parámetros físicos. Sí, ese mundo existe, pero desde luego no es el más común ni al que quiero referirme con mi opinión en esta entrada.
Más información | NVidia GTX 660 y NVidia GTX 650.
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