Últimamente hablamos mucho de futuro. El período vacacional suele ser idóneo para este tipo de conjeturas, primero AMD y ayer mismo Intel. Hoy le toca a NVidia, que barre para su casa y aprovecha para vendernos su plataforma Kal-El.
La idea de NVidia es que los ordenadores domésticos del futuro serán plataformas SoC basadas en ARM. No sería descabellado pensar esto teniendo en cuenta el bajo consumo de esta arquitectura, algo que ya cumplen. Les falta mejorar en rendimiento para igualarlo al ofrecido por los actuales procesadores x86 fabricados por Intel o AMD. También es cierto que en los últimos años los procesadores ARM están mejorando de forma muy notable, y es muy probable que en un futuro cercano sean dignos de cualquier sistema operativo.
Si a esto le sumamos que Windows 8 llegará a equipos ARM, las consecuencias parecen claras: ARM es una plataforma de futuro y no sólo en teléfonos móviles, donde cubre prácticamente todos los móviles avanzados del mercado. Su crecimiento ahora está en el lado de los portátiles y sobremesas, donde poco a poco empiezan a llegar (ya hay algunos modelos, pero muy puntuales y minoritarios) y no perderán nada si ofrecen una estrategia agresiva para competir con los x86.
Mi punto de vista es que NVidia va bien encaminada en este sentido, y las arquitecturas ARM pueden tener gran importancia en el futuro. A pesar de ello tendrán que lidiar con dos enormes – inmensos, colosales, extraordinarios – gigantes como son AMD y NVidia, que en los últimos años están haciendo un trabajo excepcional. Obviamente no todo serán ARM y los x86 seguirán siendo los líderes en rendimiento durante muchos años, siendo además los elegidos para equipos de potencia media-alta (para jugar, trabajar, etc.).
Vía | Softpedia.