Qualcomm lanzó ayer su Snapdragon 8 Elite, un cambio de nomenclatura para el sucesor del Snapdragon 8 Gen 3. Un procesador que no solo es potente: también es el más eficiente a nivel energético que jamás han fabricado. Pero un procesador es mucho más que su potencia, y esto es algo que las compañías suelen intentar transmitir.
Por lo general, solemos pensar que no necesitaremos un procesador potente si nuestro uso del teléfono es básico. Si no jugamos con el móvil o no usamos aplicaciones demasiado demandantes, puede ser goloso anticipar que la mejor opción es ir a por el móvil con el procesador más humilde -y, por lo general, más barato-. Si pensamos así, estaremos errando.
El módem. El módem es uno de los elementos independientes, pero vinculados al procesador, más relevantes. Tanto, que la propia Apple se sirve de Qualcomm para introducir el módem que acompaña a sus iPhone. El módem es el hardware encargado de convertir las señales necesarias para que nuestro dispositivo reciba internet, y cuanta mayor calidad tenga, mejor cobertura tendremos.
Un problema común que encuentro en bastantes móviles de gama de entrada es, precisamente, que la recepción de cobertura es bastante pobre. Apostar por un teléfono algo más potente, aunque creamos que no necesitamos ese procesador, será apostar por un teléfono con mejor módem y mejor recepción de señal.
El ISP. Al hablar de cámaras solemos pensar en megapíxeles, apertura y demás elementos, pero de nada sirve el hardware si no contamos con un procesador de imagen que -valga la redundancia- procese bien las imágenes cuando las tomamos.
El ISP, o Image Signal Proccesor, es el elemento del procesador encargado de interpolar color, reducir ruido y tomar ciertas decisiones que influirán bastante en el resultado final.
NPU. La fiebre por la IA no es una moda. Las funciones de inteligencia artificial están empezando a democratizarse como una característica básica en móviles a partir de la gama media, y la unidad de procesamiento neural tiene mucho que decir aquí.
Muchas de las funciones de nuestro móvil se ejecutarán en local, y la capacidad que tenga el teléfono para procesarla dependerá en buena parte de este elemento de hardware.
Calidad de sonido. Seguro que, a lo largo de tu historia con los teléfonos móviles, ha habido algunos en los que has notado que incluso con los mismos auriculares, se escuchaban distinto. Esto se debe a que el procesador también se encarga de funciones relacionadas con el audio.
La calidad del sonido tiene mucho que ver con la velocidad de transmisión por Bluetooth. Un procesador más moderno y potente ofrecerá una mayor calidad en este apartado.
Fotografía, calidad de cobertura, sonido... prácticamente todos los apartados de tu teléfono acaban dependiendo del propio procesador. La potencia es clave para que todo funcione de forma fluida y rápida, pero hay todo un mundo más allá.
Imagen | Qualcomm
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