El mundo de los SSD es curioso: hay modelos que debemos tildar como normales, del montón, pero únicamente porque hay otros notablemente mejores. En la realidad éstos mejoran notablemente el rendimiento de los discos duros tradicionales, con lo que pueden llegar a ser muy buenos para nuestro equipo. ¿Conclusión? Los SanDisk Ultra son unos buenos SSD, pero del montón.
Es decir, hablamos de cifras que fueron novedad el año pasado y que en la actualidad no lo son. Tasas de transferencia de 280 y 270 MB/s en lectura y escritura, respectivamente, con interfaz SATA2 y el ya tradicional formato de 2.5 pulgadas. Nada nuevo en el horizonte, únicamente otro modelo de SanDisk que ahora evoluciona respecto de aquellos SanDisk SSD 3G para adaptarlos a los tiempos modernos.
Existiendo los SSD con chipsets SandForce SF-2000, como la hornada de los OCZ Vertex 3 y compañía, estos SanDisk Ultra deberían ser algo más baratos en términos de precio. Se distribuirán modelos de entre 60 y 240 GB por precios de entre 130 y 450 dólares. Como comparación, los propios Vertex 3 empiezan en 145 dólares el modelo de 60 GB, una diferencia mínima para un SSD que casi duplica la tasa máxima tanto en lectura como en escritura.
Bajo mi punto de vista existen alternativas mejores a estos Ultra, aunque también es cierto que pueden ser una interesante opción para ampliar un ordenador antiguo que no disponga de SATA3. Y aún así, intentando ver el lado positivo, sigue pareciendo un SSD del 2009 presentado con dos años de retraso.
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