Este año llevamos ya dos grandes ferias de videojuegos a nuestras espaldas: E3 y Gamescom. En ambas hemos visto los grandes juegos que están por llegar tanto de Sony como de Microsoft entre otros. Sin embargo, este no ha sido el único denominador común que ha habido entre el evento de Los Ángeles y el de Colonia. Hemos tenido muchos protagonistas pero también un desaparecido en combate que, sin hacer apenas ruido, ha desaparecido de los escenarios.
Estamos hablando como no de Kinect. Un accesorio que parecía destinado a ser el escudero de Xbox 360, y ahora de Xbox One. Sin embargo, según pasa el tiempo vemos que en Redmond no parecen tener claro cuál es el papel de este sistema de reconocimiento de movimiento y voz. Kinect, si estás ahí: da señales de vida. No todo el mundo te echa de menos pero sí que nos gustaría saber dónde andas, aunque tu familia no parezca muy preocupada.
El accesorio "revolucionario" de Microsoft
Hay que reconocerle a Microsoft que Kinect era un dispositivo muy atrevido. Decidió desligarse del mando de movimiento de Wii para crear algo diferente y muy atractivo. Había muchas expectativas sobre la mesa, las que ellas pusieron con aquel infame vídeo, y muchos empezábamos a ver en aquel Project Natal una nueva forma de hacer videojuegos.
El tiempo pasa y vemos que todo lo que nos llega son videojuegos con un enfoque demasiado casual y que no daban la sensación de ser títulos completos sino más bien pequeñas demos técnicas para demostrar el potencial de la consola. Sí, los juegos de baile funcionaron bien pero no tanto por Kinect sino porque es un género que atrae mucho, solo hay que ver en comparación las cifras de venta en otras plataformas.
Promesas de videojuegos más orientados a Kinect se quedan en nada. ¿Os acordáis de aquella demo presentada por los creadores de Crysis ambientada en el imperio Romano? Una especie de película interactiva donde íbamos moviéndonos y agitando los brazos para acabar contra los enemigos que se ponían en nuestro camino. Al final quedó en un juego de acción en tercera persona donde los gráficos pesaron más que el resto, demasiado. Poco a poco, durante la generación de Xbox 360, vimos que Kinect se había desinflado.
No era un mal accesorio pero lo que pretendía hacer requería un nivel de precisión casi perfecto para no estropear la experiencia. Por fortuna esa primera generación encontró un pequeño nicho en el mundo del arte para hacer obras interactivas. Con una nueva generación en camino muchos nos empezamos a preguntar ¿qué hará Microsoft con Kinect? ¿Lo mantendrá o lo descartará tras su discreta presencia?
Xbox One con Kinect: de imprescindible a quedarse fuera
A mediados del año pasado Microsoft anunciaba Xbox One y con ella una versión vitaminada de Kinect. Redmond nos prometió mejoras en el reconocimiento de movimiento y voz. De hecho, eso es indiscutible técnicamente aunque todavía tienen mucho trabajo por delante ya que por ejemplo cuando le hablamos no siempre nos capta bien a la primera.
Bajo esta premisa parecía que habían aprendido la lección y que esta vez íbamos a tener más juegos. Sin embargo, una vez más no terminaban de atinar. Kinect Sports Rivals era una apuesta continuista respecto a lo que ya había, Zoo Tycoon lo planteó bien pero se trataba de un juego con algo de tiempo ya. Fighter Within era un despropósito que una vez más nos vendió más de lo que realmente era.
En términos de hardware, Kinect es una tecnología sofisticada que viene a resolver un problema donde hay que hilar muy fino.
A pesar de eso Microsoft se aferró a que Kinect tenía que ser el compañero de Xbox One. Lo hizo de uso obligatorio y durante unos meses no hubo forma de comprar la consola sin el accesorio en cuestión. Al final Redmond recula y lo convierte en un complemento optativo. La consola baja de precio mientras que Playstation 4 no para de comerle terreno.
Llega el E3 de este año y Microsoft presentó un buen puñado de novedades: muchos juegos, actualización para la consola, ¿Kinect? Ni un ápice de protagonismo en el gran evento de Los Ángeles. La historia se repite esta semana en Colonia. Juegos, actualizaciones pero nada de protagonismo para el la cámara, que recordemos hace poco dio el salto oficialmente a los ordenadores.
Quizá es pronto para decir que Microsoft ha abandonado Kinect pero lo que si que está claro a estas alturas es que este accesorio ya no es el Robin de Batman. Ha quedado en un segundo plano y pocos quieren apostar por ella como una herramienta para hacer juegos. Lo intentaste, fuiste una tecnología muy interesante pero no lo suficiente para ser protagonista.
Quizás no sea un jugón, pero es social y un artista
Puede que Kinect no haya sido el accesorio que le iba a dar un vuelco al mundo de los videojuegos pero más allá de eso se ha convertido en una herramienta de investigación y creación artística muy interesante. Sin ir más lejos, Microsoft ha estado financiando diferentes proyectos orientados a la utilización de este sensor para otros fines.
Desde hace un par de años Microsoft y la Fundación Vasca Eugenia Epalza trabajan con VirtualRehab para rehabilitar a enfermos con esclerosis múltiple. La división española de la empresa también ha organizado actividades lúdicas orientadas a la tercera edad para que puedan jugar de forma virtual a los bolos por ejemplo.
A todo eso hay que añadirle el potencial que se le ha sacado a Kinect con el ordenador para crear instalaciones artísticas interactivas. Desde herramientas orientadas al ballet a obras como Le vent nous portera, instalaciones que nos permitían sentirnos como un jedi o espejos que nos permitían "ver" el interior de nuestro cuerpo. Quizás, Kinect, tu futuro esté en el mundo del arte o de la obra social en vez de intentar ser un jugón. Buena suerte.
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