Hubo un momento en el que las videoconsolas eran feas, aunque probablemente por aquel entonces no éramos conscientes de ello. También eran aparatosas. Trastos de dimensiones que se nos antojan muy poco recomendables pero que, pensándolo bien, igual no desentonaban tanto como pueda parecernos en la actualidad. Ahora todo tiende al minimalismo y a la miniaturización. Si una consola actual sale demasiado grandota para los pequeños muebles que decoran nuestros dominutos pisos no pasa nada, se lanza un nuevo modelo slim y a correr.
La NES (Nintendo Entertainment System), sin ser especialmente grandota, es de esas consolas de aspecto plasticoso que uno no sabe muy bien si será capaz de aguantar un trastazo desde un tercer piso sin rasguños o, por el contrario, se romperá en nuestras manos a la que la hayamos maltratado un poco con tanto cartucho va, cartucho viene. Es como una especie de Wii vitaminada de aspecto retro.
Y tiene sus años. A mediados de julio del año 1983 hacía su aparición estelar en el mercado japonés, aunque nosotros, los europeos, no le pudimos echar el guante hasta pasados tres años desde su nacimiento. Ya sabéis, aquí todo llega tarde (los norteamericanos pudieron pillarla un poco antes, pero no mucho, a finales del 85).
NES. O la consola más vendida y exitosa de su época
La NES, que bien podría haber formado parte del instrumental de la nave Nostromo, se vendió como los churros. Las cifras dicen que en total Nintendo logró colocar nada más y nada menos que 61.9 millones de unidades en sus respectivos hogares, con unos espectaculares 34 millones de consolas vendidas solamente en el terrotorio americano. A mí esta se me escapó y la primera consola de tercera generación que pude tener en mis manos fue la Master System de SEGA. Ya habrá momento para hablar de ella.
Por aquel entonces estaban saliendo al mercado algunos ordenadores personales como el MSX, la apuesta de Microsoft por unificar ciertos estándares de fabricación que no acabó de cuajar. El Commodore 64 y el ZX Spectrum de Sinclair fueron mucho más populares. Y con todos ellos se podía jugar, por supuesto, pero a diferencia de la NES no eran máquinas creadas con el objetivo de ser usadas exclusivamente para jugar. Por poner un ejemplo en cifras, basta con comparar las que os he dado de la NES (61.9 millones) con las ventas de Commodore 64, que durante toda su existencia colocó en todo el mundo sólo 17 millones de unidades.
En cuanto a su apartado técnico, a sus tripas, la NES lleva un procesador de 8 bits fabricado por Ricoh que está basado en el conocido microprocesador MOS 6502 (este procesador fue obra de una empresa llamada MOS Technology que, curiosamente, acabó siendo comprada por Commodore Business Machines). La memoria RAM interna de la consola de Nintendo nos parecerá de risa en estos momentos: 2 KB. Por suerte podía ser ampliada si el cartucho en cuestión llevaba incluida la expansión. Y ojo, porque la resolución que puede alcanzar también nos puede arrancar una sonrisa: 256×240 píxeles con un total de 52 colores en pantalla. ¿Y lo bien que nos lo hizo pasar durante años?
‘Super Mario Bros.’, el juego que lo cambiaría todo
Cuando la NES fue lanzada al mercado, lo hizo acompañada de un juego diseñado por un tal Shigeru Miyamoto en el que un bigotudo personaje llamado Mario tenía que salvar a una princesa llamada Peach de las garras de Bowser, el Rey Koopa.
‘Super Mario Bros.’, se llama el juego. Seguro que os suena. Y consiguió popularizar el género de las plataformas de tal forma que lo más probable es que a cualquiera que le preguntéis si conoce a Mario, el de Mario Bros., os dirá que sí. Han pasado ya más de 25 años desde la aparición de este personaje y año tras año siguen saliendo juegos protagonizados por él. El lanzamiento de la NES, en definitiva, no se habría entendido de igual forma sin la compañía de ‘Super Mario Bros.’.
Por aquel entonces la industria de los videojuegos no estaba pasando por sus mejores momentos. Fueron Nintendo y su NES los que ayudaron de forma significativa a la industria a la hora de ponerse las pilas. Pensad que gracias a esta consola y a ‘Super Mario Bros.’ se establecieron una serie de bases sobre las cuales se irían construyendo muchos de los videojuegos posteriores. Y no sólo eso: el diseño del mando de la consola, con sus sistema de cruceta y botones, fue el ejemplo a seguir en máquinas venideras. De hecho este planteamiento le valió a la compañía un reconocimiento en la categoría de desarrollo sobresaliente a nivel técnico o de ingeniería de los premios Emmy.
Todo llega a su fin. Y la NES no podía ser menos
Nada dura para siempre, dicen. Y si hablamos de tecnología y de reinados menos todavía. Los ciclos de desarrollo ligados al propio avance tecnológico hacen que cada ciertos años una consola se haya quedado obsoltea y se sustituya por un modelo más avanzado y acorde con el momento. En cualquier caso hay que reconocer que la NES tuvo una vida larga y plena. No fue hasta el año 1995 que Nintendo of America decidió de forma oficial que el momento de decir adiós había llegado, pero en Japón siguieron produciendo unidades hasta el 2003. Eso son 20 años desde su aparición, que se dice pronto.
Esto quiere decir que la NES fue capaz de aguantar unos años en un mercado que ya se había llenado de máquinas mucho más potentes, bonitas y llamativas. Un sector de la población decidió ir a por estas nuevas consolas, mientras otros tantos no podían realizar según qué desembolsos y se quedaron como estaban (como siempre pasa). El primer grupo, en cualquier caso, conservaría sus NES como oro en paño.
¿Cuántos de vosotros la tenéis por ahí guardada? Han pasado muchos años y es probable que muy pocos de los que estáis leyendo esto tengáis la NES todavía conectada a la tele, pero a ver quién es el guapo que decide tirarla a la basura sin soltar una lagrimita. Y no hablo de nostalgia tonta y sin sentido, sino de la incapacidad de deshacerse de una máquina que ha significado lo que ha significado la NES para este sector.
Ver 43 comentarios