Si os pareció llamativa la forma en la que la poli japonesa cazaba drones, a base de redes y otros vehículos voladores, lo que hace Robotic Falcon es rizar el rizo, llevando la idea un paso adelante, ya que es capaz de apuntar y lanzar la red hacia otro dron, ambos volando a cierta distancia.
Un trabajo de la Universidad Tecnológica de Michigan que pretende poner una solución a los drones que vuelan en zonas restringidas, sin causarles un daño importante - se podrá investigar si hay algo en su cámara -. Realmente no los abate, ya que lo que hace es capturarlos en la red y dejarlos suspendidos de una cuerda.
Las autoridades estadounidenses ya se están tomando esto bastante en serio, legislan y registran drones, pero también establecen mecanismos para acabar con su vuelo. No hay estándares, pero ya se trabaja en soluciones, como podemos comprobar en el siguiente vídeo:
A pesar de su nombre, Robotic Falcon no parece un pájaro, es más, es otro dron más que puede clonar los patrones de movimiento del malhechor, algo que facilita el seguimiento y la captura. La distancia que debe haber entre ambos debe ser inferior a doce metros, que es el rango de disparo de la red.
El responsable del proyecto, Mo Rastgaar, nos cuenta que el drone puede operar de forma autónoma, o bien puede ser dirigido - en vuelo y disparo - de forma remota. También hay modos mixtos de funcionamiento, donde el sistema persigue de forma automática al drone y nosotros somos los que disparamos, o viceversa.
Rastgaar comenzó este proyecto cuando conoció que las autoridades estuvieron colocando francotiradores en eventos como la Copa del Mundo de Futbol. Utilizar munición real, o que el dron cayera al suelo no parece que sean soluciones óptimas en un lugar donde hay mucha gente. El equipo desarrollador está intentando registrar en patentes el sistema que emplea su prototipo.
Dejando a un lado las legislaciones, los drones se están ganando sus enemigos en el mercado y la sociedad, y los organismos que velan por nuestra seguridad tienen que proponer mecanismos para abatirlos si fuera necesario. Países como Reino Unido o China desarrollan auténtico armamento militar para acabar con los vehículos voladores no tripulados.
Más información | Michigan Tech
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