Actualmente EEUU, China, Rusia, Reino Unido, India y Japón tienen en servicio aviones furtivos
El exitoso experimento que han llevado a cabo unos científicos chinos puede cambiar las reglas del espionaje
Los aviones furtivos han sido diseñados para evadir la detección por radar y otras tecnologías de vigilancia. Actualmente los tienen EEUU, China, Rusia, Reino Unido, India y Japón, aunque Francia, Corea del Sur y Turquía tienen en marcha programas que persiguen poner a punto este tipo de aeronaves. Su relevancia estratégica es muy grande debido a que permiten llevar a cabo misiones con una probabilidad muy baja de ser detectadas. Al menos era así hasta ahora.
Y es que China está cambiando las reglas del juego. Además, lo está haciendo de una forma muy ingeniosa. Un grupo de científicos chinos ha logrado utilizar con éxito las señales emitidas por los satélites de la red Starlink propiedad de Elon Musk para identificar un objeto furtivo en el Mar de China Meridional. El potencial de esta tecnología es enorme. De hecho, en el futuro podría ser utilizada por los países que he mencionado en el párrafo anterior y otros para detectar los aviones furtivos de los ejércitos enemigos.
Un experimento relativamente sencillo que ha demostrado su eficacia
Durante sus pruebas los científicos chinos han empleado un dron DJI Phantom 4 Pro, que tiene un tamaño similar al de un ave. En la práctica su intención era que este dron adquiriese el rol de un objeto furtivo, y finalmente consiguieron identificarlo con éxito recurriendo al análisis de las señales electromagnéticas emitidas por un satélite de la red Starlink que sobrevolaba Filipinas en ese momento. Un apunte importante: esta red tiene más de 6.000 satélites en órbita diseñados para emitir señales cifradas de alta frecuencia.
La estrategia a la que han recurrido los científicos chinos consiste en implementar la detección identificando la interrupción de las ondas electromagnéticas emitidas por un satélite cuando un objeto furtivo, como un avión o un dron, irrumpe en su trayectoria. Esta interrupción provoca unas pequeñas perturbaciones en la señal que pueden ser capturadas y analizadas con el propósito de determinar con precisión la ubicación del objeto furtivo. Además, esta técnica tiene otra ventaja: no necesita que el radar emita señales, lo que dificulta que sea detectado o interferido por los adversarios.
Curiosamente, los ingenieros chinos consiguieron identificar incluso los detalles finos del dron, como el movimiento de los rotores. Lo que estos técnicos no han desvelado, y es lógico que lo mantengan en secreto, es el algoritmo que han empleado y las características del hardware que han utilizado para analizar las señales que han capturado.
Lo que sí sabemos es que para hacer posible la detección construyeron un receptor empleando componentes electrónicos que están disponibles ampliamente. Este dispositivo fue el responsable de capturar y procesar los datos. Las grandes potencias militares están desarrollando otras tecnologías para identificar aeronaves furtivas, pero esta ya ha demostrado su validez. Y, lo que si cabe es más importante, su exultante simplicidad.
Imagen | SpaceX
Más información | SCMP
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