Al hablar de drones quizás nos venga a la cabeza algún tipo de vehículo volador, pero en realidad hace muchos años que también surcan los mares, incluso vía submarina. Otro ejemplo es el Saildrone Surveyor, cuya gesta es bastante más ambiciosa que la de sus predecesores.
Se trata de un dron con forma de velero que se nutre energéticamente a nivel de energía solar y eólica. Una versión mejorada y más grande del primer dron de la compañía cuyo propósito es, entre otros, mapear todo el suelo oceánico del planeta.
Viento en popa y a toda vela, pero con placas solares
Saildrone Surveyor es un dron autónomo que dispone de varios tipos de sensores, tanto atmosféricos como marinos. Está diseñado para aprovechar esas dos fuentes energéticas que hemos mencionado en la introducción y, sobre todo, para poder aguantar viajes de meses de duración, incluso años.
El Surveyor mide 22 metros de eslora y pesa 14 toneladas, a diferencia de los seis metros del primero. Explican en su comunicado que el hecho de tener esta fuente de energía hace que sea también una ventaja a la hora de recoger datos, dado que las mediciones acústicas pueden tener más precisión por lo relativamente silencioso que es el motor en relación a uno de combustión estándar.
Como el primer Saildrone, al Surveyor lo echaron al Pacífico para que llegase a las costas de Hawaii. Este viaje de pruebas duró 28 días, recorriendo así los 4.167 kilómetros (2.250 millas náuticas), poniendo a prueba ya los sensores y consiguiendo mapear unos 22.000 km² (unas 6.400 millas náuticas cuadradas).
Dispone de un sónar con el que pretenden llevar a cabo este mapeo, capaz de rastrear hasta 7.000 metros de profundidad. Además, es interesante que mientras realiza esto recogerá muestras de ADN de la columna de agua.
Ya vimos aquí que de momento hemos conseguido mapear un 20% aproximadamente del suelo oceánico, 293 millones de kilómetros cuadrados, y que no es tarea fácil. Más allá de la ambición por conocer cada centímetro cuadrado de nuestro planeta, investigar el fondo oceánico tiene interés por saber más acerca de la circulación oceánica, la dinámica de las mareas y el pronóstico de tsunamis entre muchos otros aspectos, según el proyecto Seabed 2030.
Eso sí, esperan que el mapeo completo del suelo oceánico se complete en los próximos diez años (y contando con varios Surveyors), así que habrá que estar pendientes. Entre los planes de futuro está además investigar los huracanes, intentando aprovechar la autonomía del dron para estudiar este tipo de eventos de clima extremo.
Imágenes | Saildrone
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