Lily es un nuevo dron que llega con ganas de revolucionar un escenario bien dominado por pocas empresas, pero en crecimiento, y con mucho espacio para nuevas ideas. La propuesta se basa en especializarse en el seguimiento de elementos móviles, dando muchas facilidades para ellos.
Con un aspecto simpático para tratarse de un dron, Lily es más capaz de lo que parece, ya que nos permite capturar escenas desde el aire, sin necesidad de que nadie lo pilote. En juego entra un dispositivo que debemos llevar encima, y que el dron se encargará de seguir durante los veinte minutos de vida de los que dispone.
Sus desarrolladores lo describen como un “arroja y graba”, y es que no hay más que ver el siguiente vídeo para comprobar que Lily se las ingenia muy bien para seguirnos, desde el propio despegue. Ni hay piloto, ni hay operador de cámara:
El dron es además resistente al agua, y su particular forma lo hace flotar, pudiendo arrancar sus operaciones desde la superficie líquida. Su forma redondeada también invita a que podamos cogerlo en pleno vuelo por la zona inferior. El dron se mantiene de 1,5 a 30 metros de distancia del controlador circular, si en algún momento pierde la conexión, él solo aterriza.
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Es una funcionalidad cada vez más común en el mundo de los vehículos voladores no tripulados, hay por ahí alguno que se ha especializado en ello, y otros lo van incluyendo en nuevas versiones. La idea es que el dron nos grabe en nuestras actividades, despreocupándonos de esa operación.
El don de cuatro hélices ha decidido especializarse en ello, con la posibilidad de ser guiado y gestionado a través de un dispositivo móvil - podemos ver el vídeo en streaming -. Mediante GPS y tecnología de reconocimiento de imágenes, el dron centra a su presa en el centro de la imagen, pudiendo hacerlo a más de 40 kilómetros por hora.
El secreto de su funcionamiento está en el gadget que debemos llevar encima, o que debe portar el elemento que queremos que Lily persiga - cuenta incluso con una carcasa resistente al agua -. En él encontramos cinco botones con los que controlar las principales opciones.
Pasando a la parte de grabación, Lily cuenta con una cámara de 12 megapíxeles, que es capaz de grabar vídeo en formato 1080p a 60 imágenes por segundo, o bien bajar a 720p pero consiguiendo unas más que interesantes 120 imágenes por segundo. La lente es un gran angular de 94 grados, y no faltan micrófonos, o conectividad WiFi y Bluetooth 4.0.
Podemos decirle a Lily que nos siga, que nos de vueltas en círculo, o que haga zoom hacia nuestra posición, o se aleje de ella
Lily no se puede comprar todavía, estará disponible en febrero del año que viene a un precio de 1.000 dólares. Para reclamar la atención de compradores ha decidido que las reservas en su web se realicen a la mitad de precio, 500 dólares.
Ahora mismo la autonomía de vuelo se realiza con un Lily, pero nos gustaría introducir un terreno de juego en el que están trabajando sus desarrolladores, que le puede hacer marcar diferencias con respecto al resto de competidores: Lily podría funcionar con varios drones a la vez, comunicándose entre ellos, y permitiendo grabaciones desde diferentes puntos de vista, sin operadores, ni pilotos.
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