Al margen de legislaciones, los drones también tienen sus enemigos en el mercado y la sociedad, y los organismos que velan por nuestra seguridad tienen que proponer mecanismos para abatirlos si fuera necesario. Países como Reino Unido o China desarrollan auténtico armamento militar para acabar con los vehículos voladores no tripulados.
La policía también tiene cosas que decir al respecto, en Estados Unidos los utilizan como herramientas en beneficio de la comunidad, y en Japón se esfuerzan en cazarlos. El país nipón tiene una escuadra de potentes drones que se encargan de capturar a otros drones malhechores con redes.
Tal y como suena, drones con tres metros de envergadura al desplegar una red bajo sus seis hélices.
La policía de Tokio nos enseña en vídeo la forma en la que consiguen cazar a otros drones más pequeñines, enredándolos en la malla, hasta bajarlos a la superficie. En una situación normal, la captura se realizaría sin dañar demasiado al otro dron.
La cosa se convierte en una caza de persecución, así que el piloto de la policía debe tener buenas manos para que el otro no se escape. Digamos que no hay ningún sistema automático para abatirlo, tampoco hay proyectiles de por medio.
Hay razones por las que montar este departamento cazador de drones, y es que hay necesidad de defender localizaciones importantes para las autoridades, también parar con la florecientes cámaras voladoras que quieren captar más de la cuenta. A comienzos de año un tipo aterrizó un dron - cargaba con material radiactivo - en las oficinas del primer ministro japonés.
La flota está compuesta por diez drones, que tienen toda la pinta de ser un DJI Spreading Wings 900, un modelo de seis hélices con destino profesional que cuesta por encima de los 1.400 dólares.
Vía | Nikkei
Ver 20 comentarios