Las sociedades modernas tienen poca "memoria climática" y precisamente por eso el contexto es tan importante
Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, una entrada de aire del norte está certificando que estamos (por fin) a las puertas del fin del "largo verano" y estos diez días de "veranillo de San Martín" que ha puesto a medio país a 30 grados ya empieza a deshilacharse.
Ante eso, solo podemos decir: Ya era hora.
El problema (porque, en los últimos años, siempre hay un problema) es que no vamos a tener punto medio: en un abrir y cerrar de ojos, volverán las bajas temperaturas, el viento, las heladas y la nieve. Estamos ante el primer 'latigazo' frío y se va a notar.
¿Qué va a pasar? Lo interesante de esta entrada de aire frío es que hay que buscar su origen al otro lado del atlántico. Allí, en la costa este de EEUU y Canadá, una borrasca fuerte está permitiendo que el aire cálido y húmedo del sur se adentre hacia el norte.
Como explica Martín León, la contrapartida de ese movimiento es que nos encontraremos una masa de aire frío descolgándose hacia nuestras latitudes. Una masa que "nos va a dar de lleno a partir de esta semana". Es decir, nos enfrentamos al resultado de un toma y daca oceánico que, por primera vez en semanas, nos viene bien.
¿Qué significa exactamente? El frío se empezará a notar desde hoy mismo en Galicia y el Cantábrico. Es el primer paso de un proceso que va a ser rápido. El "latigazo" afectará rápidamente al sur y al este de la Península. Y, de hecho, irá acompañado de lluvias en el tercio norte y quizás en el levante. Es decir, vamos a encontrarnos con un tiempo otoñal.
Otoñal es la palabra, sí. Porque, aunque es verdad que las temperaturas van a bajar hasta situarse más bajo de lo 'normal' para esta época del año, esto no significa demsiado. Sobre todo, si tenemos en cuenta que muchas zonas del país llevan una década sin vivir un otoño con frío.
¿Podemos hablar de "latigazo invernal"? Si somos estrictos y usamos como referencia las temperaturas típicas de los inviernos peninsulares, no se puede hablar de 'invernal'. Vamos a vivir una entrada de aire frío, las temperaturas van a situarse más abajo de lo normal y, aunque sea por puro contraste, vamos a notar la bajada de forma muy acusada. Pero lo cierto es que no nos vamos a alejar demasiado de las temperaturas típicamente otoñales.
Ninguno de los modelos de referencia muestra un escenario 'invernal' en sentido clásico. Aunque, por sí mismo, eso también es interesante. Porque llevamos ya varios años en que el invierno no existe en sentido clásico y las Navidades vienen "con manga corta".
Esa es, desde luego, la forma más cabal de entender lo que va a pasar esta semana como un "latigazo invernal": el hecho de que el invierno ya no es lo que era, que las estaciones meteorológicas están perdiendo su sentido descriptivo a marchas forzadas.
Y es importante tenerlo en mente. Sobre todo, porque, según los datos provisionales de Copernicus, "el pasado viernes se superaron por primera vez los 2ºC de anomalía de temperatura global respecto al periodo preindustrial". Es decir, vamos hacia el invierno más cálido de la historia reciente del mundo.
El sospechoso tiene nombre y apellidos, claro: El Niño. Pero, como nos recuerdan los expertos, tenemos muy mala memoria climática y tenemos problemas para enlazar causas y efectos en un entorno tan complejo como el cambio climático.
Lo que está claro es que las consecuencias parecen ser más intensas de lo esperado y las temperaturas mundiales de los últimos días están por las nubes. Pero esto parece ser solo el aperitivo. Ya hay un tercio de posibilidades de que este El Niño sea "históricamente fuerte" y todo apunta a un 2024 de calor extremo inédito.
Y es cierto que España no sale mal parada de todo esto (AEMET estima que los próximos meses van a ser mucho más lluviosos de lo normal), pero en el contexto global la situación es muy complicada. Un "latigazo invernal" lamentablemente no significa nada.
Imagen | ECMWF
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 15 Comentarios