Acabamos de cruzar la línea roja en el calentamiento global

Hace unas semanas avisábamos de que no sólo 2015 había sido el año más caluroso desde que tenemos registros (y posiblemente de la historia), sino que parecía que 2016 iba a serlo más aún. Lo que no esperábamos es que los datos de febrero en el hemisferio norte situaran la temperatura media global por encima de los dos grados sobre la temperatura media de la época pre-industrial.

La existencia de decenas de bases de datos suele hacer que los meteorólogos esperen a que los datos oficiales estén disponibles. El mes pasado os contábamos que enero había sido un mes muy cálido el día 16, con los datos oficiales. Pero lo que ha pasado este febrero es tan preocupante que, como dice Eric Holthaus, no hace falta esperar a la cifra oficial. El calentamiento global va mucho más rápido de lo que imaginábamos y eso es una malísima noticia.

La importancia de los dos grados

A principios de diciembre, la Cumbre de París acordaba como línea roja fundamental que había que conseguir que la Tierra no se calentara más de 2ºC sobre el nivel de referencia. Cuando estudiamos el aumento de temperaturas a nivel mundial, se toma como 'línea base' la temperatura media entre los años 1850 y 1899. Aunque esta medida es convencional, nos permite controlar el calentamiento real y evaluar sus consecuencias. Y esos 2ºC constituyen el punto en el que el cambio climático empieza a ser realmente peligroso.

A día de hoy y según la Organización Mundial de la Salud, el cambio climático causa unas 150.000 muertes al año. Se estima que esas cifras ascenderán a 400.000 entre los años 2030 y 2050. Esto se debe a que el aumento de la temperatura está detrás de la pérdida de cosechas con sus consecuentes hambrunas y permite la proliferación de epidemias como la malaria, el denge o la fiebre amarilla. La pandemia actual del virus del zika está directamente relacionada con que las altas temperaturas del año 2015 hicieron son ideales para el mosquito que lo transmite.

Aunque parece que las cifras oficiales pueden situar el calentamiento un poco por debajo de los 2ºC, estas mediciones han hecho saltar todas las alarmas: es muy posible que la realidad haya conseguido que la Cumbre de París se vuelva obsoleta antes siquiera de entrar en funcionamiento. Empujado por el Niño, 2016 puede ser el annus horribilis del cambio climático y si no nos lo tomamos en serio, las consecuencias no solo sociales y medioambientales sino también económicas pueden ser muy serias.

Vía | Eric Holthaus

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