Efectivamente, AEMET acaba de emitir el aviso oficial: las previsiones se han cumplido y, según los modelos de referencia, el sur de la península va a sufrir la primera ola de calor del año. El verano de 2023 acaba de llegar y ya está enseñando los dientes.
Calor + calor = mucho calor. El resumen es sencillo: empezará el domingo 25 y se extenderá, al menos, hasta el miércoles 28. Durante esos días, en la península reinará una situación anticiclónica (lo que favorecerá una fuerte insolación). A eso se le suma que ahora mismo, mientras escribo esto, está entrando en el país una masa de aire cálido desde el norte de África.
Para el lunes las temperaturas ya serán muy altas para esta época del año. Hablamos de 44º grados en el valle del Guadalquivir. No obstante, extendiéndose como una mancha de aceite desde que el cuadrante suroeste a todo el territorio peninsular (con la excepción notable de Galicia y el Cantábrico, donde es posible que las temperaturas bajen).
El problema, de todas formas, no serán las máximas. No se espera que se superen ningún récord de temperatura y, aunque hará mucho calor, la característica más preocupante de esta ola de calor no será eso. El problema, como señalaba Roberto Granda, son que las mínimas van a estar por las nubes.
Y eso significa que vamos a pasar unas noches complicadas con temperaturas por encima de los 20 grados en casi todo el país y por encima de los 25 en Extremadura y Andalucía. Por ponerlo en contexto, cuando las temperaturas nocturnas los 25 grados ya no hablamos de 'noches tropicales', hablamos de 'noches ecuatoriales o tórridas'. Dormir no va a estar fácil los próximos días.
Bonus track: las tormentas. Como la ola de calor tiene un importante componente de aire seco y cálido procedente de África, el ambiente será seco en general. No obstante, como la insolación va a ser muy fuerte, es probable que en las zonas montañosas del centro y el este peninsular se activen algunos procesos convectivos.
Es decir, las capas superficiales se calentarán mucho y muy rápido y, al ascender, pueden favorecer la formación de nubes, chubascos y tormentas. Ojo con estos procesos en la sierra de Madrid, el sur de la provincia de Soria y Teruel (que es donde se esperan con mayor fuerza).
Una ola mucho más importante de lo que parece. Porque, como demostró hace unos años un equipo de investigación del Centro Universitario de Salud Pública de Madrid, la primera ola de calor del año (aunque no sea la más intensa) es "la que tiene mayor impacto sobre la mortalidad".
Es decir, no solo es una cuestión de calor. Es que los próximos días serán un golpe durísimo para muchas personas vulnerables (especialmente, para mujeres mayores de 75 años con problemas cardiovasculares) y hay que redoblar los esfuerzos para que sus efectos sean lo menos lesivos posible.
Imagen | ECMWF
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