El aviso especial de AEMET era claro: la ola de calor "afectará a buena parte de la península" a partir del jueves y el calor extremo "podría persistir hasta mediados de la próxima semana". Y exactamente eso es lo que pasará: calor, calor y más calor.
Sin embargo, el país aún tiene un arma secreta.
¿Qué va a pasar los próximos días? En esencia, que un enorme anticiclón se ha ido moviendo desde el interior de Argelia extendiéndose hacia el oeste; es decir, hacia la Península. La consecuencia más directa de esto es que empezará a entrar aire "muy cálido, seco y estable" desde el sur.
Y eso, en general, so malas noticias: la masa de aire que va a sobrevalorar amplias regiones del sur y del este "podría ser una de las más cálidas en sobrevolar el territorio en esta época del año, considerando el período 1991-2020", decía AEMET.
Se esperan 38 grados en buena parte de la mitad sur del país, 40-42 en los valles del Guadiana, Tajo y Ebro y 42-44 en el valle del Guadalquivir. No será raro que los termómetros de Mallorca lleguen a los 38 en zonas concretas.
Aunque eso no quiere decir que la "ola de calor" vaya a ser histórica. Es decir, vamos a sufrir el calor. No obstante, hay un par de factores que pueden moderar su impacto. El primero es puramente geográfico: no está claro cuánto va a avanzar el anticiclón hacia el noroeste. Si la dorsal no se encajona sobre la Península, es probable que el "horno ibérico" no entre en funcionamiento a pleno rendimiento.
El segundo factor es la calima. La previsión de AEMET ya lo avisaba, pero su alcance parece más grande de lo esperado. El polvo en suspensión suele estar relacionado con las incursiones de aire cálido del sur y, pese a causar problemas de salud, tiene algo positivo: que frena la subida de la temperatura.
¿Y después? Durante estos últimos días, los meteorológos discutían cuál era la duración del evento. Pese a que los modelos han ido apuntando a un evento de larga duración, lo cierto es que a partir del sábado empezará adentrar aire fresco del Atlántico y las temperaturas irán bajando progresivamente.
Los problemas empiezan el lunes 22 porque, al aumentar la incertidumbre, no está claro cómo evolucionará la situación. AEMET cree que lo más probable es que las temperaturas vuelvan a subir (o, en el mejor de los casos, se mantengan).
Ojo con la ola de calor. No está mal recordar que, aunque no sea la más intensa, la primera ola de calor del año es "la que tiene mayor impacto sobre la mortalidad" y supone un golpe durísimo para muchas personas vulnerables (especialmente, para mujeres mayores de 75 años con problemas cardiovasculares).
Es posible que finalmente sea un episodio más moderado de lo que pensábamos, pero no es momento de bajar la guardia.
Imagen | Copernicus
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