Algo difícil de creer está pasando en Groenlandia y eso ha convertido a marzo en nuestra mejor baza contra la sequía

"Es muy difícil no hacerse ilusiones con los mapas que se están viendo para la semana que viene", decían en MeteoHuelva y la verdad es que tienen razón. No solo por el posible bloqueo anticiclónico sobre el norte de Europa que desplazaría las trayectoria de las borrascas atlánticas más al sur a partir del 6 de marzo: es que las previsiones a largo plazo indican un mes de marzo más húmedo de lo normal (en la mitad sudoeste de la península).

¿Está la situación a punto de cambiar?

¿Qué está pasando? Lo que está pasando es que se está confirmando lo que los modelos llevaban semanas insinuando, pero no terminábamos de creernos: un cambio más que notable en la circulación atmosférica en nuestro entorno. Ahora mismo todo parece indicar un fuerte (y persistente) bloqueo anticiclónico en algún punto entre Groenlandia y el Norte de Europa.

Y eso es poesía. Porque como explica el meteorólogo González Alemán, "este tipo de bloqueos (asociado a una NAO-) es el que más favorece para la continua llegada de borrascas atlánticas" a nuestras latitudes. Conlleva la apertura del pasillo de tormentas hacia la Península y, aunque su duración aún está por definirse, los primeros indicios hablan de que podría durar todo el mes.

Esto se basa en el análisis de escenarios. Tras el bloqueo escandinavo que "tanto está beneficiando ya a algunas regiones estos días" es el bloqueo de Groenlandia "el régimen de circulación que más probabilidad tiene de suceder". Y, como ocurre siempre en meteorología con las tendencias robustas, esa probabilidad va ganando enteros a cada hora que pasa.

¿Buenas noticias? Muy buenas. Si se confirman, serían muy buenas noticias. Las últimas lluvias han conseguido que la reserva hídrica del conjunto del país mejore con respecto a la de 2022 y 2023. Un nuevo empujón durante el mes de marzo sería fantástico. Al fin y al cabo, en términos generales seguimos 10 puntos por debajo de la media de los últimos 10 años.

No obstante, hemos de ser realistas. La situación en buena parte del país es crítica y, sobre el papel, ni un marzo muy lluvioso va a servir para darles un respiro. Los embalses de la provincia de Barcelona ya están por debajo del 10% y los de Almería no alcanzan el 8,5%. Cádiz, Málaga o Girona están por debajo del 20%.

Eso son muchos millones de personas en zonas con reservas 30 ó 40 puntos por debajo de la media histórica. Es decir, son muchos millones de personas en una situación en la que, por muchas y muy imaginativas formas de ahorrar agua que se nos ocurran, viven al borde de los cortes generalizados.

Imagen | ECMWF

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