Algo está pasando con el aceite de oliva: por primera vez en años, la lluvia y la "sobreoferta" tiran del precio hacia abajo

Aún queda mucho tiempo hasta la próxima cosecha, pero los nervios recorren una parte del sector

Hace unas semanas, los principales actores del mundillo del aceite empezaron a decir que por fin, tras unos años desastrosos, se veía la luz al final del túnel. Sin embargo, lo que muchos acaban de descubrir es que la luz no era la salida: era un camión en dirección contraria que amenaza con arrollarlos.

Ese camión se llama bajada de precios.

Espera, espera, ¿bajada de precios? Para explicar qué está pasando, necesitamos un poco de contexto. En primer lugar, las lluvias. En muchas zonas del país, las precipitaciones de las últimas semanas han sido históricas. Y lo han sido muy especialmente en las grandes zonas olivareras del país.

Eso no significa que ya hayamos vuelto a la normalidad. Ni siquiera significa que la cosecha vaya a ser buena. Sin embargo, las lluvias acumuladas sí nos permiten esperar (siempre que no haya imprevistos en plena floración) una cosecha media. Es decir, nos permiten empezar a pensar en un futuro postcrisis.

Pero esto, por sí solo, no quiere decir nada. Aún pueden pasar muchas cosas con la cosecha. Y, precisamente por eso, los principales analistas pensaban que lo que nos garantizaban las lluvias era estabilidad. Hasta que los aforos del aceite no empezaran a definirse a finales de verano, no habría grandes subidas; pero tampoco grandes bajadas. El problema es que, en los últimos tiempos, la demanda interior se ha desplomado (y se habla de una caída de un 15%).

¿Qué significa esto? Que los comercializadores que compraron aceite en previsión de que subiera de precio, se están encontrando con la posibilidad de que no suba tanto como esperaban (o incluso baje). Es verdad que la probabilidad de que el verano sea duro está ahí, pero no tanta como para jugársela. El resultado es un montón de gente tratando de vender ahora (mientras los precios son altos) y, como consecuencia, el precio bajando aún más de lo esperado.

Es cierto que esto aún no ha llegado a trasladarse íntegramente en los lineales de los supermercados. Pero, detrás de bambalinas, la carrera por colocar un aceite que puede derrumbar su precio más pronto que tarde ya está en marcha.

Entonces ¿cuándo bajará el precio del aceite? Para entender lo que está pasando, tenemos que tener en mente que la subida de precios del aceite también ha sido un desastre para el mundo del olivar. Deoleo, la mayor aceitera del mundo (propietaria de marcas como Carbonell, Hojiblanca o Bertolli) se ha dejado 34,3 millones de euros en 2023 y no es un caso aislado.

Lo cierto es que una gran parte del sector no tiene salud financiera como para arriesgarse a perder mucho más dinero del que han perdido. Esto invita a pensar que, si la histeria se propaga, en los próximos meses el mercado del aceite va a ir volviendo a la normalidad.

No obstante, como siempre decimos, aún queda mucho por delante. Porque hasta que la aceituna no está en la almazara... nada se puede dar por sentado.

Imagen | Mark Hodson Photos

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