"Antes todo esto era hielo": qué está pasando en Groenlandia para que perdiera 532.000 millones de toneladas de hielo en 2019

Nadie sabe a ciencia cierta por qué Erik Thorvaldsson, el Rojo, decidió llamar 'Groenlandia' a esa enorme masa de tierra helada que acababa de descubrir. Tradicionalmente se ha sostenido que el nombre, que significa 'tierra verde' en nórdico antiguo, era puramente descriptivo: Erik y sus hombres llegaron al sur de la isla en uno de esos meses veraniegos en los que la hierva se atreve a asomarse tímidamente.

Lo que ocurre es que las cosas no cuadran. Los registros históricos, las crónicas y los modelos climáticos señalan insistentemente que, incluso en el mejor de los casos, Groenlandia debía tener menos vegetación que Islandia ('tierra de hielo' en el mismo idioma). Es decir, la única explicación lógica parece ser una maniobra de marketing para atraer colonos vikingos a las poblaciones recién fundadas al sur del país.

Sea como sea, es posible que en unas pocas décadas el sueño de Erik el Rojo se haga realidad y la isla acabe haciendo honor a su nombre. Solo el año pasado, Groenlandia perdió 532.000 millones de toneladas de hielo, un 15% más de lo que se perdió en 2012. Con estos datos publicados en Communications Earth & Environment se confirma el fin de la tendencia hacia la menor pérdida de hielo de los años 2017 y 2018.

Más allá de la tendencia climática, 2019 fue un mal año

Marjorie Teo

Precisamente en 2012 se marcó el récord de pérdida de hielo desde que tenemos registros: ese año se perdieron unos 464.000 millones de toneladas. Pero como señala Ingo Sasgen, geocientífico del Instituto Alfred Wegener en Alemania y autor del trabajo, el problema es que “no solo se está derritiendo la capa de hielo de Groenlandia, sino que se está derritiendo a un ritmo cada vez más rápido”.

Y eso añade presión al crecimiento del nivel del mar. En principio, según estos análisis, el agua derretida conllevó la subida de un milímetro y medio a nivel global.No obstante, tenemos que ser conscientes de que el año 2019 fue un año especialmente problemático por fenómenos que van más allá del cambio climático.

Según explicaba Alex Gardner, coautor del estudio y especialista en hielo de la NASA, durante los meses de verano una enorme zona de altas presiones se afincó en Canadá y produjo una serie de cambios en la corriente de chorro desviándola sobre Groenlandia (algo que no es habitual). En cambio, durante 2017 y 2018 (cuando se perdieron, de media, menos de 100.000 millones de toneladas) los veranos fueron más fríos.

La buena noticia es que 2020 está resultando menos problemático en este sentido y el verano groenlandés está dentro de la normalidad. Tendremos que esperar hasta el año que viene para conocer más detalles y esperemos que sean buenos.

Imágenes | Filip Gielda

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