El Ártico lleva años calentándose más rápido de lo que esperábamos. Puede que esta vez no tengamos la culpa

La simple variabilidad natural puede explicar algunas de las desviaciones clave entre teoría y observaciones climáticas

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El clima de nuestro planeta es un sistema complejo. A pesar de que los modelos climáticos han logrado importantes avances a la hora de simular los factores que influyen en él no todo puede controlarse. La variabilidad natural del sistema es un factor importante a tener en cuenta para poder refinar estos modelos.

Estudiando la variabilidad natural. Un equipo estadounidense de expertos en clima ha realizado un nuevo estudio. Su objetivo: entender mejor el rol de la variabilidad natural en la maraña de variables que afectan al devenir del clima.

El equipo constató que algunas de las diferencias que observamos entre los modelos y la realidad pueden explicarse a través de la variabilidad natural del clima en nuestro planeta. Comprender estas diferencias, explican los responsables del estudio, es clave a la hora de entender la sensibilidad del sistema atmosférico (es decir, en qué medida puede verse afectado por factores como la intervención humana), así como los cambios regionales observados.

“Este trabajo muestra que las variaciones naturales en el clima de la Tierra contribuyen a diferencias clave en los patrones simulado-versus-observado en los cambios de temperatura del aire en superficie”, señalaba en una nota de prensa Stephen Po-Chedley, coautor del estudio.

Áreas frías en un mundo caliente. El cambio climático no ha calentado todas las regiones del mundo por igual. Aquí no hay nada sorprendente. Sin embargo hay algunas regiones donde el ritmo al que se calienta la atmósfera es distinto al previsto por los modelos climáticos. Se trata por un lado del océano Ártico, que se calienta a un ritmo mayor del esperado; y por el otro del este del Pacífico y el océano Antártico, dos áreas que, en términos relativos, se enfrían.

Cambios naturales. El estudio observó, explican sus responsables, que la mera variabilidad natural del clima es suficiente para explicar estas desviaciones entre el cambio previsto y el observado en estas regiones.

“Nuestro trabajo sugiere que la variabilidad natural es un componente importante de varias diferencias notables entre los modelos y las observaciones,” añadía Aodhan Sweeney, coautor del estudio.

CMIP6. El equipo basó su estudio en la sexta iteración del Proyecto de Intercomparación de Modelos Acoplados, CMIP6. Este proyecto consiste en el desarrollo de una herramienta de predicción climática que combina los resultados de numerosos modelos climáticos.

Se trata de uno de los proyectos clave en los que se basan los Informes de Evaluación desarrollados por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Geophysical Research Letters.

Más confianza en los modelos. La simulación perfecta no existe y resulta normal que los modelos climáticos muestren cierto grado de desviación con respecto a lo que observamos en el día a día. El estudio nos ayuda a comprender el por qué de estas desviaciones, lo que asienta la validez de estos modelos.

En palabras de Hailong Wang, miembro también del equipo responsable del estudio: “al atribuir a la variabilidad climática natural las desviaciones del modelo en el patrón de calentamiento de la superficie, nuestro estudio refuerza la confianza en la capacidad de los modelos climáticos de producir proyecciones realistas del cambio climático en el futuro,” señalaba Wang.

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