Australia ya tenía la fauna más exótica. Ahora diseña un ejército de moscas capaces de devorar desechos humanos

Los insectos genéticamente modificados combatirán el problema de la gestión de residuos en el planeta

Australia es el país de muchas de las criaturas más fascinantes del planeta. También posee la lista con el mayor número de animales peligrosos. Incluso cuentan con un zoológico que, por no tener, no tiene ni animales. Ahora es posible que debamos abrir una nueva lista para incluir a su nueva y fascinante especie. Los investigadores del país han diseñado genéticamente un tipo de mosca muy especial. Tranquilos, es por una buena razón.

Mosca come desehechos. El planeta se enfrenta el enorme desafío de gestionar los desechos orgánicos. Partiendo de esa base y con la idea de combatir el problema, un equipo de científicos de Australia está modificando genéticamente una especie de mosca común. En su estudio recientemente publicado, los investigadores cuentan que la mosca puede devorar los desechos orgánicos de la humanidad mientras a su vez produce ingredientes para fabricar alimentos de alta calidad dirigidos a la fauna animal.

En el trabajo explican que las larvas de mosca pueden comer el doble de su peso corporal al día y, como otros insectos, sus larvas se utilizan como alimento para animales. De hecho, las moscas ya pueden consumir desechos más rápido que los microbios. De fondo: buscar formas de crear economías circulares, donde los residuos pasan de ser un problema a convertirse en parte de un proceso de reutilización y generación de ingresos.

El estudio. Un equipo con sede en la Universidad Macquarie de Sydney investigó si era posible que las moscas soldado negras pudieran ayudar a abordar el problema. Los investigadores detallan que esta mosca (BSF) ya se está utilizando comercialmente para consumir desechos orgánicos. Cuando la mosca alcanza la etapa de gusano, completa su trabajo de consumir basura orgánica. Los gusanos se recolectan una vez que se convierten en pupas.

Sin embargo, modificando su composición genética, puede ser posible aumentar la variedad de basura que ingieren sus larvas y al mismo tiempo producir enzimas y compuestos grasos. No solo eso. También podrían también reducir la cantidad de metano que se produce cuando se descomponen los desechos orgánicos que calientan el planeta. “Nos dirigimos hacia un desastre climático y los residuos de los vertederos liberan metano. Necesitamos reducir esa cifra a cero”, afirma Kate Tepper, autora principal del artículo.

Desechos y emisiones. En la actualidad, se estima que los desechos sólidos son responsables del cinco % de las emisiones globales anuales de dióxido de carbono, y la mayor parte de ello se debe al metano generado a partir de los desechos orgánicos que se depositan en vertederos. El trabajo reveló que actualmente entre el 40 y el 70% de los residuos orgánicos se eliminan en vertederos, donde se compactan para ahorrar espacio.

Esto provoca la descomposición microbiana anaeróbica de los desechos orgánicos en metano, un gas de efecto invernadero (GEI) que es 28 veces más potente que el dióxido de carbono. Para los autores, "utilizando la biología sintética, el BSF podría convertirse en una novedosa plataforma de biofabricación sostenible para valorizar una variedad de materias primas de residuos orgánicos y convertirlos en piensos mejorados para animales, una gran variedad de biomoléculas de alto valor, incluidas enzimas y lípidos industriales, y fertilizantes mejorados".

Las moscas soldado negras brillan en rojo como parte del trabajo de los científicos para diseñarlas genéticamente en la Universidad Macquarie en Sydney

Un ejército de moscas. El investigador Maciej Maselko dirige un laboratorio de biología sintética animal en la Universidad Macquarie, donde Tepper ya ha comenzado a diseñar las moscas. Estos insectos serían la “próxima frontera” para abordar el problema de gestión de desechos del planeta. Para que nos hagamos una idea, hablamos de alrededor de mil millones de toneladas al año sólo en desechos de alimentos.

Un empresa para las moscas. El equipo universitario ha creado una empresa derivada, EntoZyme, para comercializar su trabajo. Esperan tener las primeras moscas genéticamente modificadas para su uso en instalaciones de residuos para finales de año. En cuanto a los riesgos que podrían derivar de esta “creación”, Maselko detalla que como parte de la ingeniería genética, a las moscas también se les pueden dar debilidades, como la incapacidad de volar, que las hacen inviables fuera de una instalación de procesamiento de desechos.

Además, la creación de este conjunto de moscas genéticamente modificadas permitiría, sobre el papel, que también produjeran enzimas utilizadas en alimentos para animales, textiles y productos farmacéuticos, así como compuestos grasos que pueden usarse para producir biocombustibles y lubricantes. Incluso se sugiere que algunas moscas puedan consumir desechos contaminados, y que luego sus excrementos puedan usarse como fertilizante.

Imagen | Chandran Pfitzner/Macquarie University, SuSanA Secretariat

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