Vuelve la montaña rusa térmica a nuestro país. En cuestión de horas, vamos a pasar de temperaturas récords (con 38,8 ºC el aeropuerto de Córdoba registró el jueves la temperatura más alta medida en un mes de abril en la España peninsular) a un escenario, por fin, mucho más primaveral.
Y sí, "primavera" significa "tormentas, granizo y vendavales localmente intensos" en muchas zonas del país.
No es una sorpresa. Llevamos días hablando de esta ola de altas temperaturas "extremadamente anómalas" y, sin embargo, hemos tenido algo olvidado lo que venía después. Pero no, no es una sorpresa. De hecho, hace unos días comentábamos que esta vaguada que entraría por el oeste era uno de los principales elementos que podían moderar el evento de calor.
¿Qué va a pasar? Siguiendo el esquema de estos días, mientras el este de la península seguirá con temperaturas de más de 35 grados, el sábado la mayor parte de la península disfrutará de un alivio térmico. La protagonista es, como digo, una vaguada que va a aumentar la nubosidad del país y, de paso, va a activar la convección.
Esto es un fenómeno típico de primavera. A partir de la segunda quincena de abril, las tormentas se convierten en un personaje: el sol va calentando la superficie y los procesos de convección (que 'ordenan' las masas de aire por temperatura) van ganando peso. Eso es lo que vamos a ver: que el aire caliente en superficie va a ascender y, en el proceso, se van a formar tormentas (que pueden llegar a ser bastante intensas a nivel local).
Esa es la buena noticia. Sin duda. El alivio térmico nos va a venir bien a todos (y muy especialmente a la masa forestal y al campo). No obstante, como la vaguada que entra no viene con mucha humedad, la buena noticia es moderada: lloverá con fuerza en algunos sitios (especialmente, en Castilla y León, Pirineos y el Sistema Ibérico), pero no se esperan grandes cantidades.
¿Y después? Hablamos de muchos días, pero ahora mismo todo apunta a que las temperaturas volverán a subir. El ECMWF europeo ya avisó que este trimestre se esperaba especialmente cálido, pero la incógnita de las lluvias sigue. Y seguirá porque no hay novedades en ese sentido.
Sin lluvias en el horizonte. Porque aunque toda lluvia es bien recibida, la situación empieza a ser crítica y los chubascos irregulares no van a ayudarnos demasiado. Solo las lluvias generalizadas pueden mitigar la sequía y, pese a que las tormentas pueden llevarnos a engaño, no estamos en ese escenario (ni lo vamos a estar próximamente).
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