El año pasado, una expedición geológica en China se dio cuenta de un curioso hallazgo: una dolina de gran tamaño que albergaba en su interior un bosque. Se desconoce cuánto tiempo lleva este bosque en esta situación de desconexión de su entorno, pero ofrece un entorno idóneo tanto para la ciencia geológica como para la investigación de fauna y flora.
El descubrimiento. La expedición descendió a la dolina y tras pasar buena parte de la jornada comprobando el área regresó a la superficie el mismo día. El equipo estuvo liderado por Chen Lixin, quien lleva años explorando dolinas y cuevas de la zona. La cueva se sitúa en la región autónoma del Guangxi, al sudeste de China, más concretamente en el condado de Leye.
El lugar que encontraron los exploradores. La dolina cuenta con tres accesos a cuevas, pertenecientes aparentemente a un mismo sistema de cuevas sobre el cual habría estado situado el terreno antes de hundirse y crear la dolina. Así lo explicó Zhang Yuanhai, del Institute of Karst Geology perteneciente a la China Geological Survey, según recogió la agencia de noticias Xinhua.
La dolina tendría una profundidad de 192 metros, una longitud de 306 m y 150 m a lo ancho. Los expedicionistas hablan también del bosque que encontraron en el lugar, con árboles de unos 40 metros de altura y una densa vegetación baja que llegaría "hasta los hombros" de una persona.
Una región idónea para la aparición de dolinas. En mandarín el nombre que se da a estas dolinas de gran tamaño es "tiankeng", que podría traducirse como “foso celestial”. Guangxi es una zona propicia para su aparición de estos socavones naturales gracias a su terreno Kárstico. Este paisaje aparece registrado, desde 2007, como Patrimonio de la Humanidad en la lista de la UNESCO.
Las zonas kársticas son propensas para la aparición de sistemas de cuevas, pero debido a la variedad de las circunstancias ambientales los paisajes pueden variar mucho. Así lo explica el experto en cuevas George Veni, director ejecutivo del National Cave and Karst Research Institute (NCKRI) estadounidense, al portal Science Alert. Esto se traduce en que las dolinas no están siempre presentes en estos ámbitos geológicos.
La Gran Dolina. La península Ibérica cuenta con una importante región de superficie kárstica. Se expande a ambos lados del río Ebro, en diversas zonas desde el sistema Ibérico hasta los montes vascos. Seguramente la dolina más conocida aquí se encuentra en la provincia de Burgos, en el yacimiento arqueológico de Atapuerca,también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Gran Dolina es también un lugar de gran interés, no tanto geológico como antropológico.
Biodiversidad. En la novela de Arthur Conan Doyle, El Mundo Perdido, un equipo de investigadores ascendían a una meseta alejada en una selva tropical, muy semejante a los tepuys amazónicos, para descubrir que, aislada del resto del mundo, había conservado un hábitat peculiar: en ella sobrevivían los dinosaurios.
Sin llegar a los límites de la ciencia ficción, el equipo de descubridores de este accidente geográfico (una suerte de meseta invertida) especula que puede representar una joya ecosistémica. Su parcial aislamiento del resto del bosque y sus particulares condiciones microclimáticas pueden ser favorables para la aparición de especies no hallables en otros lugares del mundo.
Imagen: Mercier Zeng
En Xataka: China presume de haber creado el mayor bosque artificial del mundo. En un antiguo desierto
Ver 8 comentarios