La dorsal anticiclónica que provocó un calor de récord la semana pasada se debilita, pero el invierno no va a volver en lo que queda de enero ni a comienzos de febrero. Es más, la combinación entre anticiclón y su dorsal podría repetirse pronto.
Cerrado el paso. Un anticiclón anclado en la Bretaña francesa va a mantener a raya cualquier atisbo de inestabilidad atmosférica en la península durante los próximos días. El sistema de altas presiones mantendrá alejadas las posibles borrascas, cuyo recorrido quedará arrastrado hacia el norte de Europa.
Una nueva dorsal a la vista. A falta de borrascas que lleguen a devolvernos el tiempo invernal, será una nueva dorsal anticiclónica la que pueda hacerse notar durante los próximos días, según explican desde la Revista del Aficionado a la Meteorología. La historia tiende a repetirse, también en meteorología.
La nueva dorsal podría hacerse notar hacia el miércoles para repetir la dinámica de la semana pasada, aunque lo que no parece que vaya a repetirse es la intensidad del calor. Esta vez las máximas se quedarán alrededor de los 20º, lejos de los 30,7 ºC registrados la semana pasada en algunos puntos del levante peninsular.
¿Por qué las dorsales? Tal y como explica el físico y meteorólogo Juan Jesús González Alemán, la actividad de las dorsales ha crecido notablemente a lo largo del las últimas décadas a lo largo de dos franjas al borde de los trópicos.
En estas regiones puede apreciarse una anomalía palpable en la altura geopotencial de los 500 hectopascales (hPa), una medida que suele utilizarse para estimar la intensidad de las dorsales anticiclónicas. Esta nos dice a qué altura de la atmósfera la presión se encuentra en 500 hPa.
La semana pasada la altura geopotencial se estimaba por encima de los 5.940 metros, mientras que esta semana se quedará alrededor de los 5.900 metros según estimaciones del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF).
Incertidumbre a largo plazo. La incertidumbre está siendo una de las tónicas dominantes en la meteorología en estos últimos meses. Los modelos indican que es probable que la situación se prologue sin cambio significativos durante toda la semana, explica González Alemán. A partir de ahí, la incertidumbre es, en la práctica, total.
La niebla, también presente. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), las persistentes “temperaturas elevadas para la época” serán uno de los fenómenos meteorológicos signinficativos durante los próximos días, pero no el único.
La niebla va a seguir teniendo notable protagonismo en ambas submesetas, Ebro, y en el este de la península. El fenómeno será significativo en algunas áreas y AEMET ha activado el aviso amarillo por este fenómeno en el norte de Burgos y en la Mancha.
La sequía sin final a la vista. Cómo afectará esto a la sequía es la gran pregunta ineludible, aunque en este caso la respuesta es, lamentablemente, la evidente. Se prevé que durante estos días Galicia pueda recibir lluvias procedentes de los últimos coletazos de alguna borrasca, pero estas son las únicas precipitaciones previstas en toda España.
El mes de febrero no suele ser el que más precipitaciones suela dejar, pero algunas previsiones parecen adelantar que será ligeramente más seco de lo habitual en la zona sur. Malas noticias para Andalucía, una de las comunidades más afectadas por la sequía.
Las noticias solo son levemente mejores para Cataluña, donde se prevé que las precipitaciones de este mes estén en torno a la media habitual. No parece muy probable que esto pueda revertir la situación hidrológica en esta comunidad, pero quizás permita resistir mejor a una comunidad a punto de declarar la emergencia por sequía.
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Imagen | ECMWF
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