Pese a que parte del país se está recuperando de la sequía, las tensiones internacionales prometen curvas
Aunque hay zonas del país que no han podido recuperarse de la sequía, los primeros datos la siega de cereales de en las zonas más tempranas de Andalucía traen buenas noticias.
Buenas noticias que se quedan en nada cuando vemos lo que pasa en el exterior.
Hablamos de los datos. Como contaba César Lumbreras, los datos de Asegrain señalan que la cosecha de cereales de trigo y cebada se sitúen en torno a los 16 millones de toneladas, frente a los 7,7 millones que se obtuvieron en 2023. El trigo blando se quedaría en 6,7 millones (3,5 en 2023); el duro sobre el millón de toneladas (431.799 en 2023) y la cebada llegaría a los 8,3 millones (3,79 en 2023).
Dentro y fuera. No deja de ser curioso que, con estas previsiones, el mercado interior de cereales lleve semanas subiendo. Es verdad que partíamos de precios muy bajos y seguimos con precios inferiores al año pasado, pero la tendencia es consistente y no parece que se vaya a frenar.
Sobre todo porque si miramos fuera de nuestras fronteras (por ejemplo, en Chicago o París) veremos precios muchos más elevados a los del año pasado. Con la excepción del maíz, los cereales están un 13% más caros de media que en las mismas fechas de 2023.
¿Por qué? Por Rusia. Podríamos aducir más factores, pero el motivo fundamental es la situación climatológica del país eslavo es tan mala que muchos pronostican ya muchos problemas a nivel internacional. Independientemente de nuestras relaciones comerciales con Rusia, el gigante euroasiático es el principal productor de trigo del mundo y los informes climáticos hablan de una "catástrofe".
"Catástrofe" entre comillas porque las estimaciones del Consejo Internacional de Cereales hablan de 2.312 millones de toneladas. Una baja de 10 millones de toneladas con respecto a las estimaciones de abril, pero que se deben a los problemas con el maíz argentino y africano. En términos generales, hablamos de la mayor cosecha nunca cosechada.
Y, sin embargo, se quedará cortita. Porque, según el mismo CIC, la demanda será de 2.320 millones de toneladas. Ahí está el problema. Si Rusia exporta mucho menos que otros años, el precio a nivel global va a dispararse y eso nos va a afectar sí o sí -- aunque a los campos españoles les vaya bien. No hay suficiente producción nacional como para frenar un golpe de ese calibre.
Imagen | Kora27
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