Comprar agua y moverla en barcos era una solución extrema, sí; pero, sobre todo, extremadamente cara
Durante meses, mientras la situación en el Área Metropolitana de Barcelona se volvía más y más complicada, Cataluña salía al paso diciendo que traerían agua potable en barco en caso de necesitarlo.
Pues bien. Nada de eso. La Generalitat acaba de dar un giro de 180 grados a su plan contra la sequía.
Adiós a los barcos. Porque, según ha explicado el conseller d’Acció Climàtica, David Mascort, finalmente han optado por instalar una desalinizadora flotante en el Puerto de Barcelona y comprar 12 desalinizadoras portátiles para otras zonas (especialmente para la zona del Alt Empordà que, visto lo visto, sufrirá durante el verano).
Según sus cálculos, la desalinizadora podría generar unos 40.000 metro cúbicos de agua al día; el equivalente al 6% del consumo del Área Metropolitana.
¿Por qué? Todo parece indicar porque la Generalitat empieza a hacerse a la idea de que la situación no va a ser transitoria. Es verdad que nada de esto entrará en funcionamiento hasta que se declare la fase II de emergencia (en octubre si hacemos aso a las previsiones); pero cuando lo haga la situación va a ser muy crítica.
Y, desde la Generalitat, han asumido que la solución de traer el agua en barco era menos eficaz, menos práctico y más caro. No solo porque aportarían el doble de agua diaria (40.000 m3 frente a los 20.000 de los barcos -- "y no puede llegar un barco al día"); sino porque es más barato. Su gran problema es la infraestructura, pero si aceptamos que la situación no va a ser puntual, hablamos de coste (incluida la inversión) del metro cúbico es de 6 euros frente a los 10 de agua de barco.
Al final, la clave es esta: el tiempo. Acció Climàtica ha previsto tener la desalinizadora flotante en el puerto durante cinco años. Eso es lo que hace viable esta opción.
Aún y con todo, es caro. Según la Vanguardia, a desalinizadora de El Prat produce el metro cúbico a un euro y la potabilización convencional (cuando el agua viene de un embalse) está en torno a los 10 céntimos.
Y, aunque no tenemos los datos concretos, estas cifras se multiplican en el caso del Alt Empordà. Allí, las 12 unidades portátiles podrán cubrir hasta el 35% del consumo estimado y la inversión será menor (10 millones frente a los 100) pero el precio es presumiblemente mayor.
Cataluña y su sequía. Pese a que la medida no es óptima, sí es positiva. Durante meses hemos visto como las administraciones daban rodeos (e incluso pasos atrás) en la gestión del problema hídrico. Estas medidas que presenta ahora la Generalitat parten del principio de que el problema no es transitorio.
Y ese es el primer paso para solucionarlo.
Imagen | Francisco Rojas
En Xataka | España tiene un plan para mover cientos de miles de litros de agua contra la sequía: una flota de barcos
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