Primero se especuló con la posibilidad de un apareamiento con tiburones, luego con un "parto virgen", y finalmente ni una cosa ni la otra
Esta historia se debe empezar con los hechos conocidos por la ciencia. A saber: las rayas se reproducen mediante huevos fecundados. Cuando los machos están celo, empieza el cortejo que termina con el macho copulando con la hembra e insertando uno de sus pterigopodios en la “cloaca” femenina. Con estos datos, la historia del acuario de Carolina del Norte tenía todas las papeletas para hacerse viral: ¿cómo demonios quedó embarazada una raya sin machos en el tanque?
La noticia inesperada. El relato se inició en febrero de este año, momento en que la página de Facebook del Acuario y Laboratorio de Tiburones en Hendersonville, Carolina del Norte, anunciaba que su raya redonda hembra Charlotte estaba embarazada de varias crías. Con una salvedad, tal y como explicaban: “¡Lo realmente sorprendente es que no tenemos una raya macho!".
Aquello se hizo viral en muy poco tiempo. Decenas de medios recogieron la noticia hablando poco menos que de un "milagro", ya que hasta ahora no se conocía un caso similar de una raya preñada sin machos en el horizonte. ¿Qué estaba pasando?
Antecedentes. El personal del centro explicó que la raya tenía entre 12 y 14 años y, lo más importante, no había estado con una pareja en más de ocho años. En cuanto al espacio, la criatura se encontraba en un tanque de 830 litros de agua donde no había coincidido con su especie, pero sí con dos tiburones bambú. ¿Y sí…?
Primera teoría: aceptamos tiburón como pareja. Si no había macho raya cerca, pero sí dos tiburones bambú en el mismo tanque, la sugerencia parecía obvia. Además, ambas especies son elasmobranquios, aunque ciertamente distantes genéticamente. No solo eso. Al parecer, comenzaron a ver marcas de mordeduras en Charlotte, lo que podría indicar un comportamiento de apareamiento de tiburones.
¿Es esto posible? Es tan extremadamente difícil que no hay casos documentados de tiburones que se reproduzcan con rayas. Lo cierto es que los llamados "híbridos" son posibles, aunque generalmente entre dos especies genéticamente similares que no han divergido desde hace mucho tiempo. ¿Lo más raro? Hace unos años se encontró un híbrido de un pez espátula americano y un esturión ruso, dos especies que compartieron un ancestro por última vez en la era Jurásica.
Segunda teoría: reproducción asexual. Dando por improbable el apareamiento con un tiburón, los investigadores propusieron otra idea. Sabemos que las rayas se reproducen sexualmente, pero en casos más raros, pueden desarrollar un embrión sin fertilización. Se trata de lo que se denomina como partenogénesis (“parto virgen”), un proceso de reproducción asexual que se da cuando una hembra produce óvulos. En esencia, un subproducto de óvulo con casi el mismo ADN se fusiona con los óvulos en lugar de que un macho los fertilice.
Larga espera para confirmar el veredicto. Aunque es más raro en las rayas, la partenogénesis era mucho más probable que un híbrido. ¿El problema? Primero había que esperar a que nacieran las crías para luego observar los pertinentes análisis. De hecho, el Museo Field de Historia Natural de Chicago anunció que iba a realizar una prueba de ADN a los cachorros para mostrar los resultados.
Dicho esto, y antes de saber el final del misterio en el acuario, hay que recordar que la partenogénesis no es una buena noticia en clave de conservación. Estos casos tienen tendencia a producir descendencia que no es muy sana (en el mejor de los casos), y en el resto nacen muertos o fallecen al poco tiempo.
Triste comunicado. Hace pocos días, y a través de su página de Facebook, el acuario por fin ha actualizado el enigma en torno a Charlotte. Ni apareamiento con tiburones, ni híbridos, ni partenogénesis. Al parecer, y después de una serie de pruebas, la raya tiene una grave enfermedad. “Charlotte ha desarrollado una rara enfermedad reproductiva que ha impactado negativamente su sistema reproductivo. Los hallazgos son realmente un avance médico triste e inesperado", explican en el comunicado.
“Trabajaremos y seremos guiados por veterinarios y especialistas para comprender mejor esta enfermedad y las opciones de tratamiento para Charlotte", añaden, “si bien la investigación de esta enfermedad es limitada, esperamos que el caso de Charlotte y el tratamiento médico contribuyan positivamente a la ciencia y beneficien a otras rayas en el futuro”, zanjan desde el centro.
¿Qué es exactamente la dolencia? La enfermedad de la criatura se había documentado hace unos años tras un estudio con 48 rayas de acuario en 2019. Entonces encontraron que el 65% tenían esta enfermedad reproductiva en desarrollo marcada por el útero agrandado y los ovarios quísticos, síntomas ambos que pueden confundir y hacer pensar que la criatura está embarazada, como fue el caso de Charlotte.
Imagen | JoshBerglund19, Acuario de Hendersonville, Steve Jurvetson
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