Aún no se ha ido del todo la 'ola de calor' y ya se está preparando el próximo episodio de temperaturas extremas. Y es que, pese a que encaramos el periodo más caluroso del año, el tiempo parece decidido a no darnos ni un respiro. AEMET lo tiene bastante claro: el calor está aquí para quedarse.
Bienvenidos a las peores cuatro semanas del año: La canícula es el periodo del año en la que el calor es más extremo. Normalmente y en España, la canícula se extiende entre el 15 de julio y el 15 de agosto. Empieza, además, por todo lo alto porque el 15 de julio es, de media, el día más soleado del año en España.
En ese récord, además, está buena parte de la clave de todo: aunque la lógica nos dice que el día con más hora de sol debería estar en torno al solsticio (es decir, 20 días antes), lo cierto es que las condiciones atmosféricas no siempre acompañan. Es cuando empieza la canícula, en pleno julio, cuando la ausencia de nubes exacerba (y de qué forma) el famoso horno ibérico.
La fábrica de calor. Con el 'horno ibérico' encendido, solo hace falta una dorsal anticiclónica para que las temperaturas se disparen. Y precisamente eso es lo que va a ocurrir.
Según AEMET, "los primeros días de la próxima semana (lunes a miércoles) serán extremadamente cálidos en el entorno de la cuenca mediterránea, incluido el este de la Península Ibérica y Baleares. En estas zonas podrían alcanzarse los 40 o 42 ºC, e incluso localmente más".
¿'Ola de calor'? Por las temperaturas que se barajan, bien podría ser. Pero hablar a priori de ola de calor siempre es complicado. Como sabemos, se trata de un término técnico y se tienen que dar una serie muy concreta de condiciones: a) tres días consecutivos, en que b) como mínimo el 10 % de las estaciones consideradas registran c) máximas por encima del percentil del 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias.
Si no se dan, no hay ola de calor. Pero que no se den no significa que no haga muchísimo calor. Se produzca o no se produzca una ola de calor la semana que viene: la situación (y lo deja claro el mapa del ECMWF) va a ser extrema.
Aunque, claro, eso no es lo peor. Los modelos estacionales dibujan un mes de julio muy caluroso. Más caluroso de lo normal. Más aún: pese a que durante semanas, el anticiclón de bloqueo del norte de Europa nos ha ido dando 'globos de oxígeno', ahora la situación se ha normalizado un poco y no esperamos ni más lluvias ni más alivios térmicos de lo normal.
No nos quejaremos: el anticiclón de las Azores es lo único que se interpone entre nosotros y la tormenta que casi seguro se convertirá en un huracán. Y eso que la circulación del Atlántico no se ha recuperado en absoluto.
El resto del verano... no pinta mucho mejor. Para el trimestre agosto-septiembre-octubre, la predicción del programa Copernicus dice que "en la práctica totalidad de las tierras emergidas del planeta (y en buena parte de los océanos) hay una alta probabilidad de que sea más cálido de lo normal".
Si nos circunscribimos a Europa, "hay una probabilidad de entre el 50 y 70 % de que el próximo trimestre se sitúe entre la quinta parte de los más cálidos registrados en el período de referencia 1993-2016". Eso es mucho calor, tanto que ni el hecho de que haya "un 40 a 50% de probabilidad" de que llueva más de normal, va a solucionarlo.
En Xataka | Ante otra ola de calor histórica, España se acerca poco a poco a su última frontera: llegar a los 50 grados
Imagen | ECMWF
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