El coste de un verano "normal": Málaga podrá llenar sus piscinas pese a que el agua embalsada sigue en mínimos históricos

La Junta de Andalucía anunció que las lluvias eran un alivio y no una solución. Al final, ha bastado con el alivio

Hace menos de dos meses, Andalucía anunció que en las demarcaciones hidrográficas de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas y la de Guadalete-Barbate (Cádiz), ni particulares ni comunidades de vecinos podrían llenar las piscinas este verano. Fue algo extremadamente polémico porque sí se lo permitía a hoteles, campings o alojamientos turísticos registrados.

Luego vinieron las lluvias de Semana Santa y las declaraciones de la Junta diciendo que "eran un alivio, pero no la solución definitiva ante la sequía".

Ahora, con el verano a la vuelta de la esquina, la Junta acaba de confirmar que con el alivio es suficiente. Al menos en la provincia de Málaga, se permitirá el llenado de las piscinas privadas y comunitarias (hasta 400 hectómetros cúbicos por hectárea y mes). El vodevil se ha acabado y estamos en el punto de partida.

Deshojando la margarita. Aún quedan incógnitas. La provincia de Cádiz que cae en la cuenca de Guadalete-Barbate está a la espera de una reunión con la consejería para implementar medidas en el mismo sentido. No se sabe tampoco qué ocurrirá finalmente en Almería y la costa de Granada.

Sin embargo, el guirigay regulatorio de la provincia de Málaga parece que queda resuelto y, aunque aún es posible que haya comarcas enteras sin piscinas particulares (la provincia de Almería está ahora mismo al 8,48%), esto sienta un precedente clave para las negociaciones entre la Junta y los municipios de estas cuencas.

Sobre todo, porque el Gobierno andaluz ha justificado la decisión "por la incidencia turística de la Costa del Sol".

El precio de un "verano normal". Porque una vez que hemos resuelto este tema, esa es la gran pregunta: ¿qué precio tendrá aligerar las medidas? Al fin y al cabo, es verdad que la situación ha mejorado, pero en zonas como Málaga no el agua embalsada sigue por debajo de la que había en el 2023 o en el 2022.

Para contextualizar esto, basta con tener en mente que la media histórica de los últimos diez años está en el 62,87% de reservas. Actualmente, las reservas están el 27,92%. Las lluvias en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas han sido un alivio en el sentido más estricto del término y debemos de preguntarnos si tiene sentido desechar las medidas que ya estaban aprobadas. Sobre todo, porque no sabemos qué va a pasar en el futuro.

Adiós a El Niño. Esta es la gran duda de hoy en día, si lo que está pasando este año tiene que ver con El Niño. Aunque los efectos de este fenómeno climático son mucho más difusos en Europa que en América, lo cierto es que El Niño pone a España bajo la influencia de una circulación subtropical más intensa de lo normal y eso facilita, en ciertas condiciones, la llegada de más agua a la península.

No quiere decir que la lluvia de este año tenga que ver con El Niño, pero sí que con La Niña acechando no hay que esperar más que un recrudecimiento de las condiciones de sequía.

Hablar de lo que pueda ocurrir el año que viene y los siguientes es un ejercicio de meteorología ficción, pero no deja de ser curioso el hecho de que, pese a que la situación siga siendo muy muy mala, las administraciones de las zonas ma´s afectadas empiecen a comportarse como si ya hubiera pasado lo peor.

Imagen | Jorge Fernandez Salas

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