Un nuevo estudio señala la erupción de enero de 2022 del volcán Hunga Tonga como la responsable del repentino aumento del área de este agujero
A lo largo de la historia, algunas erupciones volcánicas han tenido severas consecuencias ambientales. La cantidad de polvo y gases expulsada por los volcanes puede cambiar levemente y durante un tiempo la composición de la atmósfera no solo en su entorno inmediato. En este sentido, la erupción del Hunga Tonga-Hunga Ha'apai podría ser la más relevante en lo que va de siglo.
Un 5% menos de ozono. Un nuevo estudio ha calculado cómo la erupción del Hunga Tonga, sucedida en enero de 2022, afectó a los niveles de ozono atmosféricos. El estudio observó una disminución del 5% en la cantidad de ozono sobre las regiones del sudoeste del Pacífico y el Océano Índico.
El rebote del agujero. Durante las últimas décadas el mundo ha visto la recuperación lenta pero progresiva de la capa de ozono, con su agujero disminuyendo, hasta el punto de que algunos científicos situaban a mediados de este siglo la desaparición de este "boquete" atmosférico.
Sin embargo los últimos meses han visto al agujero alcanzar un área que no habíamos visto en años, 26 millones de kilómetros cuadrados, algo más que si combinamos el área de los dos países más extensos del mundo, Rusia y Canadá, y casi dos veces la Antártida, el continente sobre el que se sitúa.
El agujero presenta una tendencia cíclica: crece a finales del invierno austral, en agosto, para después contraerse de nuevo pasado el verano. Este año sin embargo inició antes de la cuenta su fase de crecimiento para alcanzar esta enorme extensión.
El primer sospechoso. La potencia con la que erupcionó el volcán lo convirtió en sospechoso habitual de algunos de los cambios que hemos visto en nuestra atmósfera en el último año y medio. Sin embargo el hecho de que el efecto no se haya hecho notar hasta pasado un año después convierte en esta vinculación entre erupción y agujero en una menos intuitiva.
Es aquí donde entre en juego el último estudio que ha analizado la materia. El equipo responsable estuvo analizando los efectos atmosféricos de la erupción a través de globos sonda liberados en la región con instrumentación científica. Qbservaron la caída en tan solo una semana del 5% en la densidad de esta molécula en latitudes tropicales de la capa de ozono.
Los detalles del estudio realizado fueron publicados en un artículo en la revista Science.
Vapor de agua. Según la hipótesis de los autores, el vapor de agua habría sido el responsable de esta reducción. El volcán no solo expulsó materia a gran altitud, alcanzando la barrera de los 55 km; sino que fue el responsable de la mayor inyección de vapor de agua en la atmósfera en tiempos recientes. La erupción añadió a la atmósfera el equivalente al 10% de la cantidad de agua que habitualmente alberga.
Los investigadores señalan el aumento en la humedad, el enfriamiento radiativo (el hecho de que gas y polvo procedentes del volcán ejercieran de “sombrilla” impidiendo la entrada de la radiación solar), y la inyección de aerosoles causaron, según los autores del estudio esta reducción en la densidad de ozono en su capa.
Del 5% al 60%. Los autores creen que esta reducción en el ozono en latitudes tropicales pudo haber sido, al menos en parte, causante del singular crecimiento del agujero en la capa de ozono este año. Señalan, eso sí, que debe tenerse en cuenta que existe una diferencia en la caída de la densidad tras la erupción (del 5%) de la asociada al agujero, región en la cual los niveles de ozono pueden caer hasta el 60% con respecto a los niveles medios.
Los autores explican también que el motivo por el que el efecto no se hizo notar en la “temporada” de 2022 fue la distancia entre el evento y el agujero mismo. Esta distancia habría implicado que esta “ausencia” de ozono habría tardado en llegar a la región Antártica.
Conviene recordar asimismo que en un sistema tan complejo como es la atmósfera, es de esperar que exista cierta variabilidad natural en eventos como el ciclo de expansión y contracción del agujero de la capa de ozono. Es por eso que es probable que este crecimiento no sea permanente. Lo que no está claro es durante cuánto tiempo perdurarán los efectos de la que ha sido una de las erupciones volcánicas más importantes en el mundo contemporáneo.
Imagen | Copernicus Sentinel/ESA / Japan Meteorological Agency/NASA SPoRT
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