La DANA aterriza el miércoles a España y será una auténtica lotería: el movimiento que decidirá la próxima ola de calor o el fin del verano

Seguimos pendientes de las predicciones porque esta semana es una semana clave. Todo parece indicar hacia mitad de semana una DANA se situará frente a las costas del oeste de la península. Eso ocasionará tormentas, nubosidad y chubascos; pero, al final de la semana, el movimiento de esa DANA decidirá nuestro futuro cercano: ¿Ola de calor o fin del verano climatológico?

Esa es la cuestión y la cuenta atrás ha empezado.

Lo verdaderamente raro de este verano. Las olas de calor no son una novedad, evidentemente: sin embargo, lo que ha ocurrido este año es relativamente inusual. Cuando acababa una ola, podíamos disfrutar de unos días de 'fresco' provocados por una 'intrusión' de aire provenientemente de zonas más próximas a las corrientes polares. Este año no hemos tenido días de ese tipo. Hemos combinado días de ola de calor (32, por el momento) con días de calor estándar y eso ha provocado cierta extenuación térmica.

La buena noticia. Aún está por saber si finalmente el día 15 de agosto viviremos un nuevo episodio de calor extremo. Los modelos siguen diciendo que hay una alta probabilidad de que tras las tormentas de esta semana, el verano climatológica dé su último golpe a finales de semana, pero (de darse) parece que será algo relativamente breve. Esa es la buena noticia: cada vez está más claro que la mitad del mes hará honor a su fama y conllevará un cambio de tiempo.

Si tenemos algo de suerte, de hecho, veremos una entrada de una vaguada fría que provocará "un descenso térmico que comenzaría por el norte y se extendería por toda España salvo Canarias".

El frío y el mediterráneo. Esto tiene como elemento positiva la relajación de las temperaturas máximas, sí; pero iniciará todo un nuevo ramillete de problemas relacionados con las tradicionales 'gotas frías' en el Levante que, hoy por hoy, con el Mediterráneo sufriendo su particular ola de calor, pueden ocasionar lluvias torrenciales históricas.

La pieza que decidirá todo. Al fin y al cabo, todo depende de una sola cosa: la situación relativa de la DANA del Atlántico. Si la DANA se acerca a nosotros, la temperatura bajará y podemos esperar lluvias; si la DANA permanece al oeste de las costas de Portugal, el calor se quedará con nosotros. Tampoco es una novedad, es lo que lleva pasando todo el verano. De hecho, la persistencia de las DANAs en el oeste de la península es lo que nos ha condenado a tantos días de calor. La incógnita es qué pasará ahora.

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