Durante la noche que fue del martes al miércoles, Barcelona registró la temperatura mínima más alta en más de 100 años: fueron 29,4 grados. Es decir, la ciudad condal se ha aproximado al umbral de lo que denominamos una "noche infernal". Pero lo peor no es eso; lo peor es que tenemos la certeza de que ese umbral se va a atravesar.
Y no solo en Barcelona. Vigo con 29,1 grados ha hecho también historia y a medida que las temperaturas se vayan verificando muchos otros municipios confirmarán que han roto la serie histórica.
¿Qué está pasando? Está pasando que, durante años, hemos dado el pronóstico de temperaturas dando las temperaturas máximas, pero eso se va a terminar. Si solo damos las máximas, estaremos dejando de lado la mitad de la historia: las mínimas van a ser el tema de los próximos años.
Y no porque sea lo único que sube... Todas las temperaturas están subiendo. Por poner un ejemplo, el lunes 21 de agosto de 2023 "fue el 21 de agosto más cálido desde, al menos, 1950". Fue uno de los días más cálidos en el conjunto de España desde que tenemos registro. Y si no llamó la atención de los medios fue porque "este año llevamos ya quince".
Pero la cosa no se queda ahí. Ese día, el 21 de agosto, "se sitúa como el séptimo día más cálido de toda la serie histórica, atendiendo a la temperatura media para el conjunto de España". Si lo ponemos en contexto, "entre los doce días más cálidos desde 1950, solo hay uno anterior a 2012".
... sino por sus efectos. Las altas temperaturas durante el día son un problema (un problema enorme en muchas circunstancias), pero a menudo ocultan el resto de problemas. Las altas temperaturas durante la noche generan un estrés térmico que, como explicaba Aurelio Tobías del CSIC en Newtral.es, "puede generar patologías cardiovasculares, enfermedades respiratorias –cuando hay una patología de base–, falta de sueño e incluso efectos en la salud mental".
En la población general, “el calor puede provocar la alteración y privación del sueño debido a los necesarios procesos de termorregulación” y eso va a generar muchos problemas en los próximos años.
Las noches tórridas van a "democratizarse". Solo durante el mes de julio, Valencia ha sufrido más noches tórridas que en toda la década de los 90. Tres veces más que entre 1950 y 1989. Más de una veintena de estaciones meteorológicas vizcaínas han marcado más de 25 grados. No, este boom de las mínimas no entiende de geografías. O no demasiado. Es verdad que habrá diferencias, pero todo el país se está viendo afectado por unas noches en las que es imposible dormir confortablemente.
Parece que lo de que el cambio climático va en serio, a diferencia de la vida, lo vamos a comprender más pronto que tarde.
En Xataka | Valencia ha llegado a los 46º, rompiendo su récord de temperatura. Lo preocupante de verdad es el margen
Imagen | Jordi Vich Navarro
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