Dos "perturbaciones" acechan a México y EEUU sobre el Atlántico: una de ellas puede convertirse en el primer huracán del año

Si alguna alcanza la categoría de tormenta tropical recibirá el nombre de Beryl

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La primera tormenta tropical de la temporada atlántica de huracanes, Alberto, podría pronto tener sucesora. Sin embargo esta vez la disrupción podría evolucionar más allá de la categoría de tormenta tropical y convertirse en el primer huracán de la temporada.

En medio del Atlántico. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de los Estados Unidos sigue a día de hoy dos perturbaciones en el Atlántico con potencial para convertirse en tormentas tropicales. Entre ellas, es la más alejada de las costas americanas la que más probabilidades tiene de evolucionar. Hasta el punto de poder convertirse en el primer huracán de la temporada.

Ahora mismo la depresión está generando lluvias y actividad tormentosa en medio del océano Atlántico, a varios cientos de kilómetros al oeste-sudoeste de Cabo Verde. Ahora, la zona de bajas presiones se desplaza hacia en oeste.

¿Beryl? Si esta tormenta continúa evolucionando y alcanza la energía suficiente como para convertirse en una tormenta tropical (y potencialmente en huracán) se convertirá en la segunda tormenta nombrada de la temporada: Beryl.

El NHC explica que se dan condiciones “conductivas”, lo que hace que esperen que el sistema evolucione. El centro estima en un 40% la probabilidad de que lo haga en las próximas 48 horas, aunque la probabilidad asciende al 70% a lo largo de los próximos siete días.

Según las estimaciones del propio centro, el sistema podría evolucionar durante el fin de semana, ya más cerca de las Antillas menores, mientras mantiene su desplazamiento hacia el oeste a une velocidad de entre 24 y 33 km/h.

Doble vigilancia. Como señalábamos al comienzo, la tormenta que ahora avanza por el medio del Atlántico no es la única disrupción a la que prestan atención las agencias meteorológicas norteamericanas.

Este segundo sistema se desplaza hacia el oeste a una velocidad de unos 33 km/h. El sistema se desplaza hacia la península de Yucatán y de ahí cruzará a aguas del Golfo.

Las probabilidades de que esta disrupción evolucione son menores según las estimaciones del NHC: un 10% de posibilidades durante las próximas 48 horas y un 30% en siete días. Si esta evolución se produce podría darse bien en aguas del Caribe bien una vez en el golfo de México.

Pendientes de La Niña. Las autoridades prevén una intensa temporada de huracanes. Por una parte debido a la energía acumulada en los océanos en forma de calor. El calor en el agua es uno de los principales ingredientes de un huracán.

El otro motivo por el que los expertos creen que esta temporada será intensa es el tránsito en la Oscilación del Sur de El Niño (ENSO) de su fase homónima a la fase de La Niña. Esta segunda fase suele asociarse con una mayor actividad de huracanes en aguas del Atlántico (mientras que la fase El Niño favorece los ciclones en el Pacífico).

Hace unas semanas parecía casi inminente, aunque las últimas estimaciones parecen estar enfriando las expectativas sobre la llegada de esta fase. Cuanto más se retrase menor será la probabilidad de que la temporada de huracanes llegue a ser tan intensa como se esperaba en un principio, aunque es también pronto para descartar esta posibilidad.

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Imagen | NHC

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